COLD (Adaptación)

25: Otra vez, Jake

Un nuevo día había llegado, la noche anterior se había rendido ante el sueño después de leer página tras página, de aquel pesado libro.

Buscó su celular a tientas, esperaba que al encenderlo tuviera un mensaje de su novio, o algo que le afirmara que había llegado bien a su casa.

Pero no había nada.

Dio un último vistazo a la hora antes de comenzar a alistarse.

Llegada la hora de irse caminó a paso rápido al elevador, esperando encontrarse a Heeseung esperándolo, pero de nuevo, nadie estaba allí.

Agh, de seguro se quedó dormido.

Fue lo que pensó, presionó el botón de la planta superior, para luego tocar la puerta de madera que lo separaba del interior del apartamento.

Se quedó allí por varios minutos, hasta que comprendió que no saldría.

Viendo otra vez la hora en su celular notó que llegaría tarde si no se apresuraba, no podía llegar tarde, no había estudiado toda la noche para nada.

Una vez estuvo sentado en el autobús que lo llevaría a la institución donde estudiaba, una vibración en su bolsillo lo distrajo.

Mi Osito ><:

Woniee, lamento no haberte hablado antes, pero mi celular se descargó TT, con Jake estuvimos avanzando hasta tarde en el trabajo y me quedé en su casa.

Lo siento por no poder acompañarte hoy

Prometo que te lo compenzaré.

Jake.

Jake...

Se quedó en la casa de Jake...

Está bien.

¿Qué demonios le ocurría?

¿Por qué su pecho pesaba de aquella manera?

Otra vez, se decidió a ignorarlo.

Tal vez, solo era la realidad golpeándolo otra vez, Heeseung no estaría siempre a su lado, pero... se había vuelto algo tan cotidiano.

Incluso antes de hacerse novios no podía despegarlo de sí mismo por mucho tiempo.

Dejó ir un suspiro.

Solo es por la temporada de exámenes, luego de eso, todo volvería a la normalidad.

Al igual que el día anterior, el camino se le hizo algo largo y el silencio a su alrededor se sentía cada vez más asfixiante.

Cuando llegó a la entrada del lugar en el que pasaría las próximas horas sintió como todo el peso de sus pensamientos desaparecía.

Él estaba allí, esperándolo.

Verlo a la distancia mientras compartían miradas endulzadas pudo calmarlo por completo.

Cuando menos lo pensó, ya estaba siendo rodeado por los brazos ajenos y un beso había sido depositado en sus labios.

—No sabes cuánto te extrañé— el mayor habló, las manos de ambos estaban unidas y caminaban hacía el salón de Jungwon.

—Bueno, podías ir a mi casa hoy si quieres— la sonrisa de Seung titubeó y una de sus manos rascó su nuca.

—De hecho... quedé de verme de nuevo con Jake, queremos terminar cuanto antes nuestros trabajos y así no atrasarnos— Jungwon detuvo su paso.

—Está bien, es algo que tienes que hacer— sin decir otra palabra ingresó a su salón, dejando atrás a su novio.

Jake.

Otra vez, Jake...