𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸

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"𝑬𝒏 𝒆𝒍 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐"

𝐀𝐬𝐡𝐥𝐚𝐧 𝐑𝐨𝐬𝐞

"La fotografía es el arte de la observación. Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario"

Las palabras del profesor citando a Elliott Erwitt toman el protagonismo en mi mente al recordar que necesito un retrato de aquellos sentimientos y emociones que invaden a los estudiantes dentro de la universidad.

Es habitual que en mí nazca la necesidad de dejarme llevar por la búsqueda de algo satisfactorio para la vista y para el alma, razón por la cual esto se vuelve interesante.

Me detengo en un lugar de la universidad que desconozco y lo observó todo.

Coloco la cámara a la altura de mis ojos, y a través del lente busco por todos los pasillos, hasta centrarme en esa sala. Esa en donde la puerta apenas se cierra, pero no lo suficiente para evitar ver a una persona, quien no se pierde en la oscuridad por las luces cálidas de la habitación de donde proviene una voz tan agradable.

I tied a balloon to your garden gate at noon... Happy birthday my little drop of June.

Me atrae lo que escucho, tanto que poco a poco me acerco hacia donde está, pero no paso del marco de la puerta. Esta distancia me permite saber que es una chica la que posee esa dulce voz.

Sigue cantando, pero ahora lo hace tan bajo que no logro oírla.

Your laugh's a dandelion whirl... From the window every color swirls... With my blue bird heart, I'm a singing girl.

Decidí entrar y tomar lugar en una de esas bancas, trato de no hacer ruido, ya que mi intención no es molestar. Sin embargo, mi teléfono empieza a vibrar y si no me apresuro a contestar será un caos.

— Ella estuvo aquí —respondió.

Cariño, yo solo puedo decirte lo que ya sabes.

— Solo recuerda que tú mereces todos los sentimientos bellos.

Después de terminar la llamada, puedo escuchar como la chica empieza a guardar sus cosas maldiciendo en voz baja, antes de que se diera la vuelta para salir, salgo yo primero para esperarla. Sería un aburrido y un mal educado si me voy sin despedirme de ella, además nunca más la volveré a ver.

Al tenerla delante de mí solamente me centro en sus ojos por un instante, hasta que baja su mirada. Es entonces, que hago lo mismo que ella.

Dejando que el silencio y las miradas se apoderen de nosotros.

Me tomo el tiempo de apreciar su cabello rizado, sus ojos grandes y verdes que regalan una cálida mirada, aquellas mejillas ruborizadas en su piel morena y solo por un segundo miro el color rojo de sus labios.

Ahora mismo está parada abrazando una carpeta y un bolso colorido del que cuelga un llavero con una tarjeta, en ella la frase:

"Para mi querida Jaz".

Me acerco más de lo que debería, bajo sus audífonos lentamente y los coloco alrededor de su cuello, no parece molestarle. ¿Son los primeros versos de Can I Call You Rose de Thee Secred Souls?

Aunque de seguro ya lo sabe, me gustaría decírselo.

—Tienes una linda voz —dije con una sinceridad, que hasta me parece gracioso. Casi olvido la razón del porqué me quedé allí a esperarla, despedirme de ella —. Hasta luego... Jaz.

O hasta nunca.

La música suena en el auto, el camino a casa es cercano y suelo ser acompañado del anochecer de colores pasteles que pintan al cielo.

Siendo sincero, no quiero ir a casa, no quiero ir a despedirme de él. Observo nuevamente hacia el cielo en busca de respuestas y solo encuentro el silencio que me deja pensando en aquello que estaba seguro de que sucedería desde que la vi.

Al cerrar mis ojos, viene a mi mente.

Cantando aquella canción.

Haciéndome sentir tranquilo de nuevo.

Una oportunidad para amarWhere stories live. Discover now