Capítulo 1 «Búsqueda»

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Los agentes de EJAD corrían escaleras arriba buscando a uno de los nueve próximos experimentos.

Se les había avisado que en ese edificio se encontraba el supuesto distinto que había causado más de cien incendios en todo Seúl.

—Comandante —llamó un agente—, buscamos a Udo Musashi. El japonés de 17 años.

—El jefe sabe de quién se trata —mencionó otro de los agentes.

El comandante tensó su mandíbula de sólo recordarlo. El odio que tenía hacía ese joven era inexplicable.

—¿Ha tratado con él antes? —se atrevió a preguntar el agente mientras apuntaba con tu arma a los lados, para prevenir algún imprevisto.

De la nada, se escuchó una risa burlesca. El comandante supo de inmediato que era él, Musashi.

—Claro que sé quién es. Dime, Kio —lo llamó por su apodo— ¿Cómo están tu madre y hermana? —el comandante río ante su propio comentario.

Kio empezó a reírse junto con él.

—Aun vivas señor Hwang. ¿Y su hijo? Hace mucho que no lo veo, Oh es cierto—fingió recordar algo—, olvidé que lo queme vivo. Una disculpa... Hyunjin sólo fue una pequeña falla técnica. Juro que no era mi intención quitarle a la única familia que le quedaba. 

Kio sabía que recordarle eso lo desequilibraría emocionalmente. «Ataca a la cabeza y el cuerpo caerá por sí sólo» le había dicho Yubin en una ocasión.

—¡Cierra la boca, niño insolente! —gritó enojado.

—Hey —dijo Kio divertido por la situación—, no me parece que esté en la posición de alzarme la voz, después de todo su vida y la de su equipo está en mis manos ¿Lo sabe cierto? —Kio podía ver el rostro del comandante pues estaba frente a él, y vió miedo, justo lo que quería—. Ujum, lo sabe. Y sé que entiende que es tan inútil que si decido prenderle fuego al edificio usted no podrá hacer nada, al igual que con su hijo.

—Kim Gunwoo está con él señor —sentenció el agente al lado del comandante. —Su don es la invisibilidad y hasta ahora tiene más de cuarenta víctimas...

—Cincuenta —corrigió otra voz—, si va a hablar de mí asegúrese de dar los hecho exactos, porfavor. Han sido cincuenta, y todos agentes de EJAD como ustedes... ¿Qué puedo decir? Son mi presa favorita.

Gunwoo dejo de usar su don, y tanto él como Kio fueron visibles para los demás. El cabello verde de ambos llamó la atención de dos agentes.

—¿Ustedes? —dijo con asombro la chica.

—Oh, nuestra clienta estrella, hoy el café está a dos por uno —Gunwoo le sonrió a los dos para que se sintieran más tontos.

—Sí, nos han tenido frente a ustedes todo este tiempo —afirmó Kio—. Creo que cada vez se esfuerzan menos en contratar a gente inteligente comandante, porque con todo respeto le digo que su equipo es una mierda —él adoraba hacer enojar a las personas, y sobre todo a ese hombre frente a él, que no quería más que dejarlo treinta metros bajo tierra.

»Bueno —Kio suspiró—, ya se ha perdido demasiado tiempo, y ustedes tienen algo que queremos, así que lo diré fácil. —Kio se posicionó bien y bajó dos escalones para quedar frente al comandante, antes de hablar usó su poder y prendió todo su brazo en fuego—. Nos dan el BID, y nosotros los dejamos ir, sin bajas.

—No te daremos nada pirómano de mierda. Es más, hoy nos llevaremos a dos más para nuestros experimentos.

—Bueeeno —los últimos agentes giraron al escuchar una voz detrás de ellos, un rubio con algunos mechones negros se encontraba ahí—, ustedes torturan y experimentan con personas que podrían ser sus hijos, menos usted comandante, que en paz descanse Hyunjin —el rubio juntó sus manos en su pecho como si estuviera rezando—, ¿Y se supone que nosotros somos los monstruos? Vaya lógica.

Nueve chicos aparecen. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt