ᴄʜᴇʀɴᴏʙʏʟ ᴍᴇ ᴀᴍᴀ

1: Una noche (VI)

Tanto como mi internet y mi laptop están lentos solo podre subir este capítulo por hoy :c Espero que les guste <3

No me quité los pantalones, sólo bajé la hebilla. Entonces, la parte inferior de él, que estaba muy caliente, se colocó justo en frente de su cara.

Estaba claro que él me estaba haciendo esto a propósito.

—¿Qué? Roana.

Él me envolvió la barbilla con las manos.

—Te dije que no me llamaras...¡Oh, Dios mío.

No podía seguir hablando. Porque me puso la parte inferior en la boca. Ni siquiera pude quitarme la cabeza presionando fuertemente.

¿Cómo puedes poner este tamaño en tu boca? ¡Hijo de puta!

—¡Oh, Dios mío!

—¿Hay algo que quieras decir?

—Ha, ha....

Realmente pensé que me estaba asfixiando. Sólo después de recuperar el aliento a duras penas fue capaz de pronunciar algo.

—¿Cómo puedes poner esto en mi boca?

—¿Por qué? Te comiste mi parte inferior tan bien que ni siquiera pudiste ayer. Y acabo de introducirlo.

—¡Me está forzando... ...!

—Sí. Esta vez, tendré que meterlo en la boca, ¿verdad? ¡Ah! Y no pares esto.

Él estaba haciendo esto a propósito.

—Si no lo sabes, te lo diré todo.

Realmente no quería saber nada de eso. Me metió a la fuerza su feroz masculinidad en la boca. Sentí que se me iba a caer la mandíbula.

—Mueve tu lengua, Roana. Si no lo haces bien, lo haré yo.

—¡Ugh... ... !

Estaba claro que era un auténtico hijo de puta.

Pero este cabrón lo hacía de verdad, así que le metió el pene en la boca, lo succionó y deslizó la lengua por su boca.

—Ha... ... .

Se escuchó su gemido.

Era realmente difícil que este bastardo eyacule. ¿Cuánto más tengo que hacer este tipo de cosas asquerosas? Con la esperanza de acabar rápido, pasó la lengua torpemente.

—Roana, creo que me voy a venir.

Cuando estaba a punto de retirar la boca de su pene, oyó que alguien llamaba a la puerta.

La puerta se abrió y entró un caballero de uniforme. Fue un momento muy fugaz, pero probablemente tenía el rango de subcomandante en jefe.

En ese momento estaba bajo el escritorio. Y todavía tenía su pene en la boca.

Contuve la respiración todo lo posible. Mi cuerpo temblaba de vergüenza, pero a pesar de ello lo soportaba. Ahora estaba a punto de sacarse el pene de la boca.

—Señor.

—¿Qué pasa?

¡Hijo de puta! ¡Era un hijo de puta.

Cuando estaba a punto de sacarlo, me agarró la cabeza con la mano, la inmovilizó y me la metió en la boca. Su semen se derramó directamente por la garganta.

Había gente, así que no podía ni hacer ruido. Sin embargo, hablaba tranquilamente como si nada hubiera pasado.

—Señor, he oído que ha vuelto con la princesa Agnes.