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Una Alfa de piel canela se encontraba estudiando en su habitación.
De repente su puerta fue abierta y pudo ver como un rubio entraba corriendo hacia ella.
Giro la silla donde estaba para recibirlo de brazos abiertos.
—¡[T/N]! ¡Kyoka no me quiere dar besitos!— lloriqueo el rubio.
—¡Me mordiste el labio!— grito una peli-violeta entrando a la habitación y cerrando la puerta.
El rubio eléctrico escondió su cara en el pecho de la más alta.
—Denki... ¿Que dijimos de morder a Kyoka?— dejo pacientemente la pelirroja.
—Que es sensible en los labios y eso le puede dejar una marca...— dijo como niño regañado.
—¿Y por que lo sigues haciendo?—
—Porque son muy suaves..— dijo con un puchero.
—¿A ti te gustaría que Kyoka o yo te mordieramos los labios?—
—Si.— dijo sin ninguna duda.
La oji-amarillo no pudo evitar reír.
La peli-violeta oscuro se sentó en la cama de la alfa, molesta.
—Denki..— llamo la atención del omega rubio.— Disculpate con Kyoka..
—¡¿Que?! ¡No!— movió la cabeza en negación.— ¿Si me disculpo tendré que dejar de morder sus labios?
—Si- —
—¡Entonces, no!—
La pelirroja decidió levantarse con el omega en sus brazos, camino hasta la cama y se sentó en esta.
—Vamos, disculpate..— recibió una negación, por suerte la pelirroja es muy paciente...— Hazlo o si no...— el rubio levantó la mirada.— No te daré besitos antes de dormir...
El chico abrió los ojos como platos.
—¡Disculpame Kyoka-chan!— se lanzó a abrazar a la omega.
—No, no te perdonó...— dijo empujando al omega.
El omega se puso triste porque ahora sí quería el perdón de la omega.
—Kyoka...— la llamo la alfa.— ¿Enserio no perdonarás está carita?
Agarró con sus manos la cara del chico y se la mostró a la pequeña chica.
La peli-violeta oscuro se sonrojo cuando el omega puso carita de perro mojado.
—Ash.. está bien...— abrió los brazos un poco y el omega la abrazo, feliz.
La alfa sonrió ante eso y los abrazo a los dos.
—Yo no se que hice para merecerlos...— dijo con una gran sonrisa.
—Y nosotros no sabemos que hicimos para tenerte [t/n]...—
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