Capítulo 14 - Hojas Teñidas de Color Marrón

300 13 1
                                    

Fue curioso ver a mi padre con expresión de admiración, ¿acaso le sorprendería el ímpetu de Pina al momento de verme? La verdad, aquella Cabra siempre podía demostrar sus verdaderos sentimientos al estar conmigo; su generosidad, su carisma y sobre todo su ternura... dichos afectos me hacían adentrarme en su pequeño y dulce corazón... simplemente no contaba con los términos correctos para describir esta gran afección.

- ¡Holaaa, Grandulón! – saltó hacia mí para darme un gran abrazo –

- Heyy, Pinaa – Lo abracé con la precaución de no lastimarlo –

Su pelaje... era similar al de Tem... tan suavecito... como el algodón... Cuanto te extrañaba.

- Jeje, No nos hemos visto por un día y me abrazas como si hubiera salido del reformatorio – dije –

- ¿Eso crees? Yo lo siento diferente... es como si no te hubiera visto en meses– respondió guiñándome el ojo –

- Cof -cof. Buenas tardes, Pina ¿Cómo te encuentras? – se acercó papá para intervenir –

- Oh, una disculpa Sr. Kenji, no lo había visto. Me encuentro bien, ¿y usted? – añadió Pina con nerviosismo –

- Estoy bien, gracias y descuida. Riz me dijo que saldrán a pasear por la ciudad, además de eso, Riz quiso invitar a un viejo amigo que conoció en Cherryton ¿es cierto? – cuestionó –

- Papá, pareces un detective... ¿Recuerdas a Kano?

- ¿Kano? ¡Ahhhh! Él, ¿El que toca guitarra, cierto? – expresó Pina algo confundido

- Ese es... Lamento si no te avisé antes, no tuve el tiempo para decírtelo...

- Espera, espera ¿Ya se conocen? Interrogó mi papá –

- No, cuando estaba en... ese lugar, le comenté a Pina a cerca de Yoko y Kano.

- Comprendo... en fin. Debo ir a casa para arreglarme y celebrar. Cuídense los dos. Hasta luego. – afirmó mientras se subía nuevamente al auto –

- Adiós, papá, gracias por todo – admiré –

- Hasta pronto Sr. Kenji, e igualmente – expresó Pina alzando su brazo haciendo la seña de despedida –

Miré a mi alrededor y me encontraba con una hermosa vista al mar. Podía escuchar cómo las olas chocaban contras las rocas y los demás animales disfrutando del bello paisaje. Sin duda alguna, habíamos escogido un buen lugar no sólo para conversar, sino para reencontrarme con mi hermano/amigo, Kano, el cual aún no había llegado... sentía muchos nervios...

- ¿Estás bien? – agregó Pina –

- Si, es solo que... hacía tiempos que no veo a ese chico... estoy un poco nervioso.

- Relájate, vas a estar bien. Lo importante es que te diviertas y disfrutes el reencuentro – expresó con tono dulce –

- De acuerdo. Deberíamos conversar un rato mientras ¿no crees?

- No es mala idea, es bueno matar el tiempo de esta forma, ¿Cómo te fue con tu cita, casanova?

- Heyy... no es mi novia. Apenas logré tener un buen día con Ayaka... de hecho es muy linda. No ha cambiado su personalidad desde que la conocí

- Aww, que tierno. ¿Y se divirtieron mucho en el centro comercial?

- La verdad sí...

Le conté todo... desde que nos conocimos en una escuela para cachorros, por suerte aquella institución era para diferentes especies. En cuanto entré al aula, decidí tomar asiento en los pupitres del medio, parecía que todos estábamos nerviosos por nuestro primer día de clases, la maestra era muy gentil y cariñosa al momento de hablar. Ella se presentó primero diciendo su nombre y qué cosas le gustaba hacer; fue una didáctica en la cual debíamos aplicarla al momento de nuestra presentación. Cuando escuché el nombre de Ayaka y al ver que era un oso también, mi pequeño corazoncito empezó a acelerarse, debido a su belleza y a su inolvidable armoniosa voz, era como si me regocijara en sus cálidas palabras dejándome llevar por cada una de sus expresiones... en otros términos... era una pequeña hoja teñida de color marrón avanzando a la dirección del viento.

En la hora de descanso, me dirigí hacia ella para tomar partido. En esos tiempos solía ser muy tímido, sin embargo, tuve la valentía de acercarme para poder entablar una conversación y mantener una fuerte amistad como lo seguía haciendo.

- Wow. Que gran historia. Me gustó mucho, jeje. Me doy cuenta que aún conservas tu personalidad desde que eras un osezno, aunque, tengo que admitir que has cambiado muchísimo.

- Me alegra eso... mis padres han visto esa infancia y tú la has escuchado con atención. Me gustaría presentártela en otra ocasión. En fin ¿Cómo estuvo tu día?

- Aburrido, el maestro canceló las clases del día y me tomé la molestia de adelantar trabajos con unos compañeros y reservar tiempo para poder vernos. – dijo -

- No me lo esperaba... ¿Y no tenías club de Teatro? – pregunté -

- Bill dijo que nos tomáramos este día y el resto del fin de semana para descansar, con la condición de que el lunes trabajemos duro en la obra. Me gustaría que vinieras.

- Tendría que pensarlo... sabes perfectamente que a ese sitio no volveré jamás.

- No es necesario que lo hagas. La audición será en la ciudad...

- ¡Es una promesa! – reímos –

El timbre de mi teléfono irrumpió nuestro momento de risas...

- ¡Hola... ¿en dónde estás?!

- Ya estoy en el muelle, no te veo.

- Me encuentro sentado en una banca, debajo de un árbol con un amigo.

- Okay..., creo que ya me ubiqué.

Decidí ver a mi alrededor si lograba localizarlo. Los animales que tenían mí misma estatura no ayudaban mucho... sin embargo, un gran oso blanco se me hizo familiar.

- ¿Me esperas aquí? – afirmé, sin mirar a Pina

Caminé lentamente para reconocerlo, en cuanto nos miramos fijamente... estábamos a dos metros de distancia en compañía del viento que resoplaba nuestras orejas, sin decir una sola palabra... Ahí estaba él... con aquella cicatriz en su nariz que se había hecho sin saber el motivo, y una perforación en su ojera izquierda..., agregándole una gran sonrisa... al ver que sus ojos se empezaron a llenar de llanto... los míos también empezaron hacer el mismo efecto... cada gota de lágrima que caían por nuestros rostros... eran fragmentos de nuestros recuerdos inmemoriales que habíamos pasado juntos.

- ¡Riz! – afirmó con gran felicidad

- ¡Kano! – admiré con ímpetu 

Un Tesoro Venidero - Beastars (FanFinc)Where stories live. Discover now