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— Madre ¿Ya están listas?

— Tu hermana estaba terminando de arreglarse cuando fui a buscarla.

— Al parecer últimamente pone mucho esmero en su apariencia.

— Es normal cuando un caballero te interesa.

— ¿Le interesa alguien? —. Preguntó sorprendido.

— No me lo dijo, pero una madre siempre sabe todo.

— Pero si todos sus pretendientes son idiotas — Dijo frunciendo el ceño.

— Mejor déjate de espantar a los pretendientes de tu hermana Nathan y ocupa ese tiempo en encontrar esposa.

— Lo sé, te aseguro que encontraré a la vizcondesa este año sin falta.

— Eso vienes diciendo hace dos temporadas.

Le hubiese gustado acotar algo, pero su madre tenía razón, siempre decía lo mismo. No obstante, se encargaba de encontrarle un defecto a cada dama. Y por supuesto que en el fondo sabía que el problema principal era que ninguna de ellas era Florence.

Llegaron al baile que al parecer ya contaba con muchos invitados. Todos estaban ansiosos por la nueva temporada, sobre todo las jóvenes debutantes y sus ambiciosas madres.

— ¿Recuerdas los nombres que te dije? —. Preguntó Mery a su hijo.

— Si — dijo mintiendo — iré a ver si encuentro a alguna de las damas que me mencionaste, te buscaré luego madre.

— Mentiroso —. Masculló Tarah.

— ¿Que dijiste querida hermana?

— Nada.

— Eso creí —. Dijo sonriendo con falsedad.

Nathan se fue de al lado de las damas, con el pensamiento de buscar a Anthony, pero al parecer no había llegado aún, de hecho, tal vez no hubiera vuelto de su viaje todavía. Decidió que, si quería encontrar esposa esta temporada sería mejor, al menos, intentar bailar con algunas señoritas.

Miró hacia la parte donde estaban las señoritas solteras y empezó a observar discretamente, se sentía un idiota seleccionando una mujer, pero que otra cosa podía hacer.

Pudo divisar a la joven y recién presentada en sociedad lady Phillips, hija del marqués de Bristol, era bonita sin dudas, así que intentaría hablar y bailar con ella. Tal vez lograra sorprenderlo.
Se acercó hacia la dama y bajo la atenta mirada de las demás la invitó a bailar.

— Por supuesto milord, será un placer bailar con usted.

Se dirigieron hacia la pista tomados del brazo y en silencio, Nathan no era de los que disfrutara en exceso los bailes, pero si no lo hacía, jamás conseguiría esposa. Incluso nunca había cortejado a alguien, bueno si a Florence, pero apenas si había sido un intento que duró lo mismo que un suspiro.

— ¿Cómo está siendo su primer baile en sociedad milady?

— Bien, de hecho, usted es el primer caballero en bailar conmigo.

— Espero entonces cubrir las expectativas de su primer baile —. Dijo amablemente.

— Por supuesto — dijo sonriendo — ¿No cree que la noche está agradable?

— Encantadora, sin dudas.

Bueno tal vez no sería ella su esposa, ya se habían quedado sin conversación y el baile recién comenzaba.

— ¿Cuáles son sus intereses milady? —. Preguntó para romper el silencio.

— Me gusta la lectura milord, sobre todo los libros de romance y ¿los suyos?

Remendando el corazón © TL #3Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora