Promesa; Camilo M.

『 10 』

"Do you want to know a secret? Do you promise not to tell? Closer, let me whisper in your ear, say the words you long to hear: I'm in love with you" -Do you want to know a secret, The Beatles. 

Sintió como unos brazos rodeaban su cintura, a la para que el colchón se hundía a su lado.

—Hora de despertar, princesa —murmuró él Madrigal.

—Un minuto más, por favor —contestó ___, sin siquiera abrir los ojos. Sólo pudo sentir pequeños besos esparcirse en su rostro.— Dios, si esto es un sueño no quiero despertar jamás.

—Por fortuna no es un sueño, pequeña catarina.

Fue entonces que cayó en cuenta que era Camilo el dueño de esas palabras y acciones, por lo que despertó de golpe, con los nervios invadiendo cada parte de su cuerpo. El brazo del Madrigal aun seguía en su cintura, y no lo iba a negar, adoraba estar así. Así que decidió por lo menos una primera vez dejarse llevar y alejar los nervios de su mente.

Estaba a punto de tomar una posición más cómoda, cuando el Madrigal la atrajo hacia él, apoyándola en su pecho, entrelazo sus manos.

—¿Tus padres se enojarán si llegas tarde? —preguntó, acariciando el dorso de la menor con su pulgar.

—Saben que me despierto tarde en vacaciones.

—¿Entonces podremos dormir un rato más?

—Si podemos dormir todo el día, por mi mejor.

"I've known a secret for a week or two. Nobody knows, just we two"

Ambos caminaban a la par, hablando de cualquier cosa que se les viniera a la mente. Eran alrededor de las diez cuando decidieron regresar al pueblo, el camino estaba siendo bastante ameno.

—No creí que se llevaran así —exclamó entre risas la Montero.

—¡Te lo juro! Mira y yo éramos muy unido–

No pudo terminar de hablar ya que unos ruidos se escucharon desde los arbustos. Ambos pararon ante el ruido, que cada vez se acercaba más a ellos. Por inercia, Camilo colocó a la Montera detrás suyo.

Una mirada tierna se formó en el rostro de ambos al ver al pequeño felino delante suyo. Un pequeño gato comenzó a maullar apenas los vio, acurrucandose en los pies de la menor.

—¡Awww! ¡Mira que lindo es, Cam! —chillo, mientras tomaba al animal en brazos.

—Es muy lindo —contestó mientras acariciaba al gato.— Aunque no es muy común ver a un gato así de pequeño solo.

—¿Crees que haya más? —los ojos de la Madrigal se iluminaron ante esa idea. Siempre había querido un gato.

Ambos buscaron por la zona, teniendo mala suerte en la búsqueda, no había indicios de haber más gatos.

—No lo podemos dejar aquí.. ¡Es un bebe!

—No te preocupes, no lo dejaremos aquí. Lo llevaremos a casa.

—¿Nos lo quedaremos? —pregunto con ilusión.

—Será nuestro pequeño bebe —___ sintió su rostro caliente ante esas palabras.— ¿Cómo lo llamarás?

—¡Mushu!

—¿Como el de Mulan?

—¡Síííí! ¡Adoro esa película! —comentó con emoción.— Además, su pelaje es rojizo, ¡Son iguales!

—No se parecen en nada.

—¡Déjame en paz!

El Madrigal soltó una risa ante la actitud de ___. Sin duda la echaría de menos cuando se fuera.

...

—¡Me lo tienes que contar todo! —exclamó Laura.

—No hay nada que contar. No sucedió nada interesante.

—¿¡Me estás diciendo que dormiste con Camilo y no pasó nada!? Que te crea Dios.

—Dormimos en la misma habitación, no juntos —corrigió.

—Ni siquiera un...

—Nada.

—¡Al menos déjame terminar de hablar! Te he cubierto con tu madre, ¡Merezco detalles!

—Te daría detalles si hubiera pasado algo, pero no pasó nada.

¿Era una mentira? sí, pero prefería guardarse todo lo sucedido en la mañana para ella misma. Era un recuerdo que quería encerrar en una cajita de madera y enterrarlo en lo más profundo de su corazón, que pudiera recordarlo siempre.