El Tiempo Que Me Debes (EN PAUSA)

C A P I T U L O 26

Ver a su hijo menor tan mal le partió el alma —no te sientas mal, amor —dijo con voz dulce —nada de lo que pasó fue tu culpa, fuiste una de las mejores cosas que me paso en la vida le sonrío —tal vez las cosas no pasaron como quería pero eres el mejor regalo que me dio la vida.

Jungkook la miró un segundo y al notar la forma tan cariñosa con la que lo observaba, logró detener su llanto. Se acercó y tomó la mano que la mujer le tendía.

—te amo mucho, mi conejito —susurró, besando los nudillos del menor —jamás lo olvides.

—o sea que Jungkook nació prematuro —reflexionó Yoongi, volviendo al tema.

Misuk negó con la cabeza, sorprendiendo y confundiendo a todos. Recordar ese momento para ella era tirar limón en una herida abierta pero lamentablemente era algo con lo que tendría que vivir para toda la vida.

Flashback

Despertó mareada y confundida. Una punzada constante golpeaba en su sien y su cuerpo dolía por todas partes, como si un camión le hubiera pasado por encima. Cuando tocó su vientre notó que este estaba plano por lo que alarmada se sentó en la cama, buscando la cuna alrededor suyo pero en la habitación estaba ella sola.

Sus padres ingresaron junto a una doctora que la revisó en silencio —¿qué ocurre? —preguntó asustada —¿dónde esta mi bebé? —sus ojos se aguaron.

—lo lamento mi niña —habló su madre —pero la bebé no resistió...

—¿qué? —dijo incrédula —¡es imposible! Mi bebé era sana ¿dónde está? ¿Que le hicieron? —corrió las mantas que cubrían su cuerpo y a pesar del dolor, bajó desesperada por encontrar a su hija —quiero ver a mi bebé suplicó.

—por favor cielo, cálmate.

Un gritó desgarrador se escuchó por todo el hospital —¿DÓNDE ESTA MI BEBE? —gritó tratando de salir —¡DAME A MI BEBE! ¡QUIERO A MI BEBE! —dos enfermeros entraron y la sostuvieron —¡DENME A MI BEBE! —lloró con fuerza, sintiendo una gran angustia en su pecho.

La doctora que los acompañaba le inyectó algo en el brazo que poco a poco la fue adormecido. Cuando volvió a despertar ya era de noche pero sus padres seguían en la habitación.

—mi bebe —murmuró a punto de llorar nuevamente —¿dónde esta mi bebé?

Ambos padres se miraron y sonrieron de forma forzada —aquí está —dijo la mujer, apuntando hacia la cuna que estaba a su lado —lo trajeron hace un ratito.

—¿qué? —cuestionó confundida —pero ustedes dijeron que... —su voz se cortó.

—¡oh no pequeña! —negó con la cabeza y sonrió —hubo un error, tu bebé está aquí.

Misuk se levantó con dificultad y miró al bebé con desconfianza. Usaba un enterito blanco con elefantitos bordados en azul, un gorrito de color celeste y un chupete. Sus ojitos estaban cerrados y apretaba las manitos con fuerza.

—este no es mi bebé —murmuró dolida —yo iba a tener una niña —miró a sus padres —¿de quién es este bebé?

—¿de qué hablas, mi niña? —preguntó su madre, fingiendo desconcierto —él es el bebé al que diste a luz.

De repente el llanto del pequeño alertó a todos.

Misuk tomó al bebé con desconfianza y lo analizó. El pequeño formó un puchero pero su llanto cesó. Conmovida lo acercó a su pecho y lo abrazó, sintiendo su calorcito y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a descender. Palmeó su espaldita para calmarlo y un sentimiento cálido invadió su cuerpo, comprobó que el amor a primera vista existía.