Capítulo 3

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Su corazón latía contra sus costillas, le emocionaba que de esta manera podría tocar las manos de Ilpyo mientras peleaban. Entre patadas, puñetazos y técnicas de sus respectivas artes marciales, podía sentir que sus olores se mezclaban. 

Todo termino para él cuando Ilpyo libero su charyeok y todo se volvió negro, a pesar de su derrota, Mori se sintió feliz de haber tenido una muy buena batalla con el alfa. 

Cuando abrió los ojos nuevamente, el olor a fuego y el calor abrasador dominaba el ambiente. Mira e Ilpyo peleaban con todo lo que tenían, la frustración de no ser el más fuerte y no poder derrotar a Ilpyo lo calaron hondo, pero confía en Mira. Mira puede ganar, sobre todo porque el alfa ya estaba desgastado por su pelea.  Ilpyo logro romper todas las espadas de madera de Mira, dejarla malherida, pero la voluntad de ella no flaqueaba.

En uno de los ataques, Mira pudo invocar la espada luz de luna. Con el arma pudo lograr vencer a Ilpyo y ganar por el equipo.  Los jueces llegaron y Mira les extendió la espada refunfuñando. 

- Eres la dueña, lo has comprobado y ahora que es dueña del tesoro nacional espero que lo cuide bien - el juez sonrió y dicto comprensivo.

Mori salto a abrazar a Mira  felicitándola por su logro, la envolvió en sus brazos y el aroma de las flores la envolvía y le brindo cariño y confort. Se sentía tan maternal y protector que un par de lágrimas traviesas se filtraron por sus ojos.  

A lo lejos Ilpyo veían la escena y los celos lo envolvieron, se desconcertó de él mismo. ¿Celoso?, ¿de qué?, ¿de aquella chica que era abrazada por el fuerte y hermoso omega que era Jin Mori? Eso es absurdo, eso se dijo a sí mismo Ilpyo Park tras desviar la mirada del trío de peleadores de la capital.

- Deberías invitarlo a salir - comento burlona su prima al ver que Ilpyo no despegaba la mirada del nieto de Jin Taejin. 

Ilpyo despertó de su ensoñamiento al ver que el omega llevaba a Mira ala enfermería. 

...

En la enfermería Daewi les presento su charyeok. Mira lo miraba curiosa y divertida, le parecía gracioso considerando la personalidad de Daewi. Mori, sin embargo, era reacio a acercarse,  era una especie de perro al fin y al cabo.  Con un movimiento de mano, Daewi desapareció ala criatura para que el omega se calmara.

- De todas formas no me gustan los perros o los gatos - menciono indignado mientras formaba un puchero tierno.

Ambos alfas suspiraron al imaginar que era más un miedo que un disgusto a estos animales. 

- Sigo sin entender del todo eso de charyeok, pero supongo que está bien. De todos modos yo me quiero hacer fuerte con mi propio cuerpo - Mori se apoyó entre el suelo y la pared y los miro dulcemente - como mi abuelito - dijo lo último con cariño y dulzura.

Algo que no podía negarse era el profundo cariño que Mori le tenía a Jin Taejin, y eso se notaba cada vez que hablaba de él a sus amigos. 

Mori se levantó y empezó a sacudirse, algo apenado empezó a acomodar mejor su ropa un poco avergonzado. Empezó a caminar con decisión y emoción fuera de la habitación.

- ¿A dónde vas? - pregunto preocupado Daewi.

Mori carraspeo un poco y siguió caminando tratando de que no miraran su rostro sonrojado.

- A ver al alfa que me molió a golpes- su voz no le fallo y eso lo alivio.

...

De camino ala habitación del alfa se encontró con un joven alfa arrogante que lo miraba curioso. Jegal olfateo el aire y sonrió pícaro. Para Mori se estaba haciendo normal ver a los alfas olfatear el aire, aunque se pregunta que manía tienen con hace eso. 

El más hermoso omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora