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Deneb.

-Bien hecho Colmillo -dijo Sirius.

-Gra... Espera -lo volteé a ver-, ¿Me pusiste un apodo?

-Admítelo te queda bien.

-Sirius -reprendí.

Y entonces oí algo que no habían oído hasta entonces.

Unos pasos amortiguados. Alguien caminaba por el piso inferior.

-¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! -gritó Hermione de pronto-. ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!

La puerta de la habitación se abrió de golpe entre una lluvia de chispas rojas y Harry se volvió cuando Remus entró en la habitación como un rayo. Tenía la cara exangüe, y la varita levantada y dispuesta.

Miró a Ron, que yacía en la cama; a Hermione, encogida de miedo junto a la puerta; a Harry, que no dejaba de apuntarme con la varita; y al mismo Black, desplomado a mis pies y sangrando.

-¡Expeliarmo! -gritó Remus.

La varita de Harry salió volando de su mano. También lo hicieron las dos que sujetaba Hermione. Remus las cogió todas hábilmente y luego penetró en la habitación, mirando a Sirius. Entonces habló Remus, con una voz extraña que temblaba de emoción contenida:

-¿Dónde está, Sirius, Deneb?

Se volvió para mirarnos a Sirius y a mi, cuyo rostro carecía completamente de expresión. Durante unos segundos no nos movimos. Luego, muy despacio, levanté la mano y señalé a Ron. 

-Pero entonces... -murmuró Remus, mirándonos tan intensamente que parecía leer nuestros pensamientos-, ¿por qué no se ha manifestado antes? Amenos que... -De repente, los ojos de Remus se dilataron como si viera algo más allá, asentí dándole a enteder que tenía razón- ... amenos que fuera él quien... a menos que te transmutaras... sin decírmelo...

Muy despacio, sin apartar los hundidos ojos de Remus, Black asintió con la cabeza.

-Profesor Lupin, ¿qué pasa? -interrumpió Harry en voz alta-. ¿Qué...?

Pero no terminó la pregunta, porque lo que vio lo dejó mudo. Remus bajaba la varita. Un instante después, se acercó a Black, le cogió la mano, tiró de él para incorporarlo y abrazó a Black como a un hermano.

-¡NO LO PUEDO CREER! -gritó Hermione.

Remus soltó a Black y se volvió hacia ella. Hermione se había levantado del suelo y señalaba a Remus con ojos espantados.

-Usted... usted...

-Hermione...

-¡... usted, ella y él!

-Tranquilízate, Hermione.

-¡No se lo dije a nadie! -gritó Hermione-. ¡Lo he estado encubriendo!

-¡Hermione, escúchame, por favor! -exclamó Lupin-. Puedo explicarlo...

-Yo confié en ustedes -gritó Harry a Remus, flaqueándole la voz- y en realidad eran amigos de él.

-Estáis en un error -explicó Lupin-. No he sido amigo suyo durante estos doce años, pero ahora sí... Dejadme que os lo explique...

-¡NO! -gritó Hermione-. Harry, no te fíes de él. Ha ayudado a Black a entrar en el castillo. También él quiere matarte. ¡Es un hombre lobo!

Se hizo un vibrante silencio. Todos miraban a Remus, que parecía tranquilo, aunque estaba muy pálido.

-¿Se lo dijiste? -me preguntó.

-Por supuesto que no -respondí ofendida.

-¿Lo sabías? -me preguntó Hermione y asentí.

Harry, Deneb Y El Prisionero De AzkabanTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang