Parte 24

52 8 0
                                    

Kalinka Krause.

Despertar con una sorpresa en mi cama es sorprendente y más de quien se trata. Debo admitir que me gusta este nuevo Anker que vive conmigo. Es alguien que no creí de esta forma. Un hombre romántico, detallista y más considerando que ese capullo de hace un año antes que conocí. Era arrogante, odioso y sin pizca de humanidad por las demás personas.

Leo con detenimiento la nota que me ha dejado al lado de mis flores favoritas. No puedo suponer que lo recordará.

Sé que no eres fanática de las rosas por eso he dejado tulipanes.

Odias el rosa así que te he dejado un monstruo verde como tú.

Prefieres el helado de menta que los chocolates.

Amas los libros en vez de las revistas.

Gustas más de Australia que París.

Espero te guste todo. Lo he comprado y hecho con mis manos. No le he echado veneno o laxantes.

Feliz San Valentín Kali.

Muero de ternura.

Anker Svendsen dándome un detalle en el día de los enamorados. Miro esa bandeja decorada con flores y un suculento desayuno acompañado de un libro, un tarro de helado, una bola de cristal con el monumento de la Ópera de Sídney y un lindo oso en forma de un monstruo verde.

Reconsidero lo que ha sido mi matrimonio y no ha sido tan malo.

Me he casado un 15 de agosto con una boda de locos, pero memorable. Tuve una luna de miel que no imagine. Anker me dejo sin palabras al recordar mi cumpleaños, sin mencionárselo llevándome a un parque de recreaciones comprándome un panda gigante, donde comimos algodón de azúcar y disfrutamos de cada atracción cancelando su día laboral por mí. Cumplió su promesa de disfrazarse conmigo de Mavis y Jonathan de hotel Transilvania, una de mis películas favoritas. Me regalo una de las mejores navidades de mi vida haciendo conmigo la cena navideña, decorando la casa peleando por quien colocaba la estrella en el árbol, hicimos guerra de bolas de nieve y un muñeco gigante. Y ahora me deja un gran detalle de San Valentín. Han transformado a Anker, el capullo.

Busco mi móvil llamándolo.

Confirmado que las fechas especiales te ponen algo sensible — Digo con un tono risueño — Dime, querido esposo.

Noto que mi esposa está de buen humor. — Responde con una voz melosa — Hoy tendremos una celebración en la oficina para celebrar el día de los enamorados. Cómprate algo bello para esta noche, Kali. Sé que amas las doradas y creo que no la has descubierto aún. Está esperando por ti. La he puesto a tu nombre con una cierta cantidad. Aprovecha, amorcito.

Es la primera vez que me dice así.

Te veo en la noche. Me encontraré con Burak. Te quiero, Kali.

También te quiero, Anker. Te veo en la noche, esposo.

Le he dicho a Anker que lo quiero. Debo estar alucinando. En que estoy pensando para decirle esas cosas. No quiero que malinterprete nada y se confunda como paso en Italia cuando lo bese en esa pequeña isla. Todos estos meses he tratado de borrar de mi cabeza lo que ha pasado con Anker en Noruega, pero no he podido. Es más fuerte que yo. Es algo que sobrepasa mis límites.

Tomo los cubiertos para tomar un trozo de fruta entrando un mensaje.

Creo que mi día es perfecto.

Gus.

MR. SVENDSENWhere stories live. Discover now