Antes de amarte

Capítulo VIII: Carga

Wei WuXian se aferró más al cuerpo inconsciente y siguió su camino, efectivamente llegaron cerca a la orilla del lago, pero no estaban lo suficiente lejos del muelle. El alfa visualiza el inicio de una batalla, una que van perdiendo; el fuego parece propagarse en montículos de cuerpos, incluso se escuchan quejidos de estos. Wei WuXian no retrocede y hunde su cuerpo en el agua, proyecta energía en sus pies y apoya a Jiang Cheng en su espalda, se va desplazando lentamente entre nenúfares para alejarse lo suficiente de la luz que se proyecta por las llamas, por suerte la luna es cubierta por una nube que tal vez sea de humo, pero esto le ayuda a camuflarse.

Finalmente, sus brazos seden, no puede seguir nadando con un cuerpo a cuestas, se deja llevar por la corriente hasta que logra trancarse con una piedra, se arrastra y lleva el cuerpo del joven a un lugar comodo. Ubica sus palmas con energía e inicia el proceso de esparcir calor, la sangre se ha ido por el agua y ahora Jiang Cheng esta tan pálido que podría pasar por muerto, pronto inicia a llover, el clima no está a su favor.

La vida no suele estar a su favor, aún recuerda como fue atacado por perros salvajes, no los culpa, también estaban hambrientos como él, Wei WuXian nunca espero algo bueno de la vida, pero aun así trataba de sonreír, era difícil ocultar su propia luz y encontró a personas que la apreciaron. Ahora bajo la sombra de unos árboles y arbustos desprovistos de hojas no puede hacer mucho, salvo tratar de mantener caliente el cuerpo de su hermano, el cuerpo que tiene a su futuro sobrino o sobrina.

No piensa en lo que dejo atrás, porque si hay alguien acostumbrado a la perdida es él, no puede llorar, tiene que idear una forma de esconderse, de mantener a salvo a su hermano. Ni siquiera está seguro de todo lo que acaba de pasar porque hace tan solo un día estaba pelando semillas de loto, hace solo dos días se enteró que Jiang Cheng era un omega, ¿Cómo es que los Wen lo supieron?

No divaga, no hay tiempo, la temperatura desciende en la noche, es invierno, pero no sabe qué hacer, es volver a esa época en que se escabullía por basureros y trataba de apelar a la lastima, ahora no estaba solo, ahora seguramente no podía mostrar su cara con tranquilidad.

Usa su energía y seca las túnicas, lo menos que necesita es que alguno esté enfermo, siente el flujo de energía de Jiang Cheng y cree que el del niño, no está seguro, él no es sanador, está asustado. Continúa cargando el cuerpo inconsciente en su espalda e inicia a caminar por el bosque, no es tan fácil ocultarse cuando no hay tantas hojas como quisiera, finalmente llega a un pueblo que si es sincero no está del todo seguro del nombre.

Su hermano no ha despertado y lo deja en el techo de una casa donde la chimenea está encendida, el hollín va cayendo en sus túnicas y solo espera que Jiang Cheng esté bien, que pronto abra sus ojos y que al menos esa madrugada no llueva.

Jiang Cheng está perdido y solo puede ver sangre, no hay nada más, solo ese líquido viscoso, luego solo cenizas, todo reducido a nada y él está solo, debió entregarse, debió facilitar las cosas, entonces tal vez la cabeza de su padre no estuviera rodando por donde solía caminar, abre los ojos y está agitado.

-Jiang Cheng ¿estas bien? ¿Te duele algo? – Wei WuXian de inmediato lo tomo de los hombros enderezándolo.

Jiang Cheng parpadea y siente que cada minúsculo hueso le duele, pero no le da importancia. Nota el lugar en el que está, solo puede ver el cielo nocturno y puede determinar que es un viejo techo.

-Planeaba bajarnos un poco más tarde, sé que es más fácil que nos encuentren si estamos expuestos, pero estabas muy frio – Wei WuXian se explica al ver la mirada de Jiang Cheng viajando por todo el lugar.

Jiang Cheng no dice nada y solo opta por recargarse en la chimenea, tomando el calor que necesita, Wei WuXian tampoco parece con ganas de hablar y se sienta a su lado hasta que finalmente el calor de la chimenea disminuye.