CAPÍTULO 4

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Bueno, Zamasu sentía que tenía su espalda contra la pared, quería contradecir ofensivamente a todo lo que se le dijo pero el temor conjugado con los nervios se lo impedía.

"¿Por qué un dios destructor defiende a los mortales?"

"Maldición ¿Hay algo que pueda hacer? No quiero convivir con la escoria"

"¿Por qué mi vida debe estar al péndulo de un hilo solo por algo tan estúpido?"

"Y sobre todo, porque de todas las personas ¿POR QUÉ TENDRÉ QUE ESTAR AL LADO DE VEGETTO TODO EL TIEMPO? ¡Con solo verlo no lo soporto!"

"¿...De verdad no hay alguna salida para mí?"

Y miles de preguntas más se hacía la fusión en sus adentros. Sentía impotencia, con el dios en su contra no tenía muchas opciones, de hecho no tenía ninguna si es que quería vivir.

-Más vale que estés de acuerdo, claro si es que aprecias tu integridad física- prosiguió el dios -sin más cosas que agregar me voy-.

Ordenó a Whis para que se marchen, ya al día siguiente reclamaría lo que le prometió Vegetto.

Casi todos los presentes decidieron irse, la presencia de Zamasu los incomodaba demasiado, hasta algunos los ponía nerviosos. A fin de cuentas solo quedaron Bulma, su hijo, Vegetto y Zamasu. Este último estaba de brazos cruzados y dándole la espalda a los 3.

-Trunks hijo ¿Qué te parece si vas a jugar en tu habitación?- preguntó su madre obteniendo una afirmación inmediata.

El pequeño Trunks estaba confundido, quería a su padre de vuelta.

Ahora solo quedaban 3 en el mismo lugar.

Vegetto no sabía que decirle a Zamasu, era obvio que este lo ignoraría o lo insultaría.

-Les haré un recorrido a mi casa y por último les mostraré donde será sus habitaciones, acompañen me por favor- Bulma trataba de ser lo más cortés posible, sobre todo para Zamasu, ella estaba dispuesta de ayudar a Vegetto.

Ambas fusiones siguieron a la mujer, uno de ellos estaba emocionado porque tendría una nueva habitación y el otro quería morirse, bueno no pero ya saben a lo que me refiero, quería irse de ahí, se sentía sucio al recibir la hospitalidad de una humana corriente.

....

El recorrido no tuvo problemas.... Bueno a excepción de un detalle, la habitación, tal cosa no era lo que se esperaba, Bulma había elegido una habitación tan espaciosa con 2 camas, la razón era que temía de las acciones que podría tomar Zamasu a mediados de la noche, por ese temor entonces quería que Vegetto lo vigilara hasta cuando duerme.

-Humana insolente ¡Ni creas que voy a dormir al lado de este imbécil!-.

Bulma sabía que se iba a fastidiar pero aún así no pudo evitar que un miedo terrible la afecte, rápidamente se posicionó detrás de Vegetto para protegerse.

-Hey Zamasu tranquilízate, ya se te había dicho que tengo que estar contigo en todo momento-.

-¡¿Hasta el extremo de dormir en una misma habitación?!-.

-Oh vamos, no es tan malo como lo haces parecer ¿Acaso no vez lo grande que es esta habitación? Tendrás tu propio espacio-.

Los minutos pasaron y el peli-blanco no tuvo otra opción que aceptar pero a la fuerza, fue arrastrado por el contrario para que se acomodaran en la habitación.

-Eres despreciable- dijo Zamasu sentado en su cama con mala gana.

Vegetto prefirió ignorarlo, ya con la discusión de hace un momento se estaba a empezando a molestar.

Las horas pasaron hasta llegar la hora de la cena, ambas fusiones tenían mucha hambre, pobre Bulma, tuvo que exigir a sus chefs que incrementaran aún más las grandes porciones de comida, sabía que Zamasu también iba a comer como si no hubiera fin.

-Zamasu mira la hora ¡Es hora de comer!- Vegetto estaba feliz, su estómago era su cerebro en estos momentos.

-Ve tu solo- respondió con desprecio.

A Vegetto no le importó tal comentario, se levantó rápidamente de su cama y se dirigió a la otra fusión agarrando su brazo para obligarlo ir con él.

-No te pregunté, además es obvio que tienes hambre-.

“Zamasu cálmate, cálmate, cálmate ¡Cálmate, cálmate, cálmate!” sus ansias de golpear a Vegetto incrementaba cada vez más.

Cuando llegaron a la mesa, a ambas fusiones rápidamente se les hizo agua en la boca al ver los deliciosos platillos que emanaban un olor que los incitaban aún más las ganas de comer, claro uno de ellos lo expresaba más.

Zamasu se deshizo del agarre del contrario con brusquedad. Ambos corrieron a alcanzar a una de las sillas para después degustar todo aquello que estaba en la gran mesa.

-¡Alto ahí! Primero vallan a lavarse las manos- la humana se interpuso en el camino, podía ser cortés pero quería modales en su casa.

-¡A un lado!- ambas fusiones dijeron al unísono, querían comer de una vez.

-No ¡Vallan a lavarse las manos!-.

Ni siquiera se movieron para acatar la orden de la mujer.

-Si se pondrán de esa forma ¡Entonces mañana larguense a comer a otro lugar!-.

Tan exasperante y gritona, de mala gana y con prisa se fueron a los servicios. Cuando terminaron fueron corriendo a la mesa, se sentaron y comenzaron a comer como si sus estómagos no tuviera fondo. En pocos minutos la mesa sólo tenía platos vacíos, uno sobre otros formando grandes montículos.

-¡Muchas gracias Bulma, estuvo delicioso!- el saiyan estaba más que satisfecho.

-De nada, me alegro que te haya gustado-.

-¿Qué te pareció Zamasu? Al parecer te gustó mucho-.

A causa de la pregunta, el mencionado se percató del descontrol que acaba de tener “¿En qué momento pasó?” se preguntó.

-No fue la gran cosa-. Respondió.

-¿Enserio? Pero si tu acabaste antes que yo-.

-¡Cállate!-.

-¡Chicos no peleen! Cálmense- la humana no iba a soportar una pelea ahora -escuchen, ordené que llevarán ropa nueva a la habitación, que asco si se duermen con esos harapos-.

Las horas pasaban y la hora de dormir llegó. Zamasu se fue a la habitación para bañarse, cambiarse y después dormir, Vegetto iba a seguirlo pero recordó la promesa que le hizo al dios destructor.

Habló con Bulma sobre el tema para que lo ayudara a cumplir su palabra. La fusión comenzó a explicarle, poco después Bulma quería golpearlo pero su cansancio pudo más y solo aceptó con molestia, su cama tenía que esperar un poco más ¡Todo porque Vegetto se le ocurrió a avisarle a última hora!

Al terminar, Vegetto se dirigió a su habitación compartida, entró sin prender las luces ya que pensó que el peli-blanco estaba durmiendo, cerró la puerta y se acercó a la otra fusión con calma. Lo observó y se percató que se dio una ducha y se había cambiado de ropa, agradeció de no haber causado otro problema por eso. Se sentó a una esquina de la cama con cuidado para después inclinarse un poco hacia él para verlo con detenimiento, para poder apreciarlo más.

-Te vez muy bien cuando no pareces enojado-.

Llevó su mano a la mejilla del contrario que parecía estar durmiendo, trató de hacerlo con suma delicadeza para no despertarlo, lo acarició cerca a la comisura de sus labios, podía sentir su respiración calmada, se sentía bien.

-Yo sé que puedes cambiar, espero que pronto llegues a confiar en mi Zamasu-.

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Más de mil palabras tmr xd bueno esta vez quería hacerlo un poco más largo.

Bye :D

¡CONFÍA EN MÍ! [Vegetto X Zamasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora