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La gente confundida
hiere a gente increíble,
Y yo he sido ambos.

-Diariodesreflexión.





No fue audacia, quizá fue miedo, la imperiosa necesidad de decir en voz alta todas esas cosas que se había guardado. Los pasos resonaron en sus oídos.

── ¿Podrían dejarnos solos un momento?

Aunque esperó no sonar maleducado su voz se oyó un tono impaciente. Mari fue la primera en levantarse del sofá, tomó a su sobrina de la mano y les siguió Hiroko, Toshiya fue el último en ponerse de pie un tanto dubitativo.

El ruso se arrodilló frente a Yuuri una vez se quedaron solos. Sus ojos lo analizaron por largo rato, cálidos y llenos de un brillo que no podía definir. El llanto que se había detenido abruptamente volvió a brotar de la misma forma mientras el platinado le miraba con una expresión triste.

── ¿Debía de morir para escuchar esas palabras?

Sonaba herido, su voz controlada y baja se sintió como una puñalada. Yuuri soltó un gemido bajito a pesar de haberse resistido a ello. Quiso agachar la cabeza pero Viktor le tomó las mejillas con las manos para que no intentara apartar la mirada.

──Responde.

A pesar de todo, ¿por qué su voz sonaba tan cálida?

──No es-

──Si fuera así, moriría las veces que fueran necesarias para escucharte decir que me amas.

Le interrumpió con la voz más firme que había oído, llena de decisión.

Yuuri le sujetó la mirada avergonzado, quería decirle que no tenía que hacer eso pero a penas fue capaz de despegar sus labios fue atrapado en un dulce beso, sus labios fríos sobre los suyos fue algo que había estado anhelando tanto que no dudo en corresponder con necesidad. Sus manos temblorosas se posaron en sus mejillas, su piel se sentía gélida, suave, como la porcelana, las manos del platinado le tomaron de la cintura pero se separó al poco tiempo cuando sintió los movimientos en la barriguita del omega.

Se tomó su tiempo para mirarlo a los ojos, le pasó un dedo por la mejilla frotando con un movimiento suave pero no logró frenar las lágrimas.

──Lo siento tanto.

Dijo.

──No es eso lo que quiero escuchar.

Respondió Viktor.
Sus labios formaron una sonrisa.

──Se me rompió la fuente.

── ¿Qué?

Su expresión se transformó.
Bueno, eso tampoco era lo que quería escuchar exactamente, la sonrisa se desdibujó mientras inspeccionaba el panorama.

── ¿Qué estás haciendo?

Antes de poder pensar en algo Viktor lo llevaba en volandas hacia la salida.

── ¡Nos vemos en el hospital!

Gritó lo suficientemente alto para que los Katsuki escucharan.
Yuuri estaba aterrorizado, sólo tenía siete meses y medio. No podía dejar de pensar en qué el momento le aterraba realmente.
Viktor no había pensado en ello, él tenía que ser el valiente y protector alfa. Condujo el vehículo que había rentado cuando llegó a Hasetsu. El hospital quedaba a pocos kilómetros de ahí.

── ¿Quieres tomarme la mano?

──Sólo conduce, por favor... Duele mucho.

Respondió apretando los dientes tratando de aguantar el dolor, apretó la mandíbula y los puños.

DOCTOR DEL AMORWhere stories live. Discover now