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Elsa no comprendía cómo había terminado en el suelo, sometida por Kristoff, mientras Anna estaba ayudando a Hans a levantarse. Quien no tenía ni un solo rasguño.

–¡¿Qué demonios pasa contigo, Elsa?! -gritó histérica la pelirroja. La cual se acercó a su hermana en cuanto el rubio la levantó del asfalto. 

–Anna, debes entender… -la fuerte cachetada que recibió le impidió continuar con su monólogo.

–Ya has perdido completamente el juicio, Elsa. Esto fue la gota que derramó el vaso. ¡Pudiste haber matado a alguien! Necesitas ayuda… estás loca.

–Estoy enamorada, que es muy diferente. ¿Por qué no puedes ver qué si llegué a esto fue por el miedo de perderte?

–¡Y lo has conseguido! ¡Y nada tiene que ver Hans! ¡La única culpable, la única que a provocado esto, has sido tú y tu maldita locura!...

–Tu… ¿Es que ya no me amas?

–A ti, a esto en lo que te has convertido, a esta versión tuya que tengo delante: ¿Cómo podría amarle? Es un monstruo que ha abusado físicamente de mi, que me Privo de mi libertad, que intentó matar… está no eres tú, Elsa, no es la dulce mujer con la que viví toda mi vida.

–Y sigo siendo la misma. Solo que ahora soy lo suficientemente valiente como para gritar y defender nuestros amor.

–¡Esto es intento de asesinato! ¡Con un carajo, Elsa! ¡Necesitas ayuda!... Y como tú hermana, debo actuar para que eso suceda.

Elsa arrugó el entrecejo, confundida por las palabras de Anna, pero comprendió rápidamente cuando sintió una aguja atravesarle la piel del cuello.

–Hans, no encuentro palabras para pedirte esto pero…

–No diré nada. Lo prometo. Solo asegúrate de mantenerla a raya. Aun soy demasiado joven para morir.

–Lo haré.

–Por cierto, ella dijo que te había encerrado. ¿Que paso?

–Gracias al cielo, Kristoff llegó en una visita inesperada. Y henos aquí.

–¿Puedes confiar en su silencio? -preguntó cuando vio a Kristoff varios metros lejos de ellos, con Elsa en los brazos.

–Por supuesto.

–¿Y qué harás con ella? -refiriéndose a Elsa.

–Ayudarla.




Quimera...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora