8- Océano Profundo

114 9 0
                                    

8- Océano Profundo.

BingQiu.

Luo Binghe desea morir.

Si Shizun, aquel amable maestro que juró amar con toda su existencia, trato de matarlo.

Todavía no puede creer como cambiaron tan rápido las cosas. Un día se estaban preparando para la tradicional competencia de la Alianza Oceánica donde los mejores discípulos representaban los cardumenes de sus clanes y tribus, cuando todo se vino abajo.

Este año se llevaría a cabo en una de las islas desiertas que los Tritones usan para entrenar a la nueva generación. Binghe estaba liderando un escuadrón de sus hermanos tritones, compuesto mayormente de jóvenes sirenas, cuando fueron atacados por piratas.

Al principio nadie lo notó, todos estaban concentrados en recolectar las perlas esparcidas por la isla mientras uno a uno los tritones eran secuestrados por los humanos.

No fue hasta que un pirata mato a una sirena que todos se dieron cuenta del peligro, pero para entonces ya era muy tarde.

Los piratas no vinieron solos, junto a ellos los lideraba un poderoso Hechicero de Hielo humano que parecía tener como objetivo todos aquellos con el uniforme del Clan de las Corrientes Divinas.

Binghe tuvo la suerte de que Shizun apareciera en aquel momento o habría sido asesinado como varios otros tritones ante el hielo del humano. Binghe no estaba acostumbrado a pelear en dos piernas, pero el amuleto de Shizun se especializada en ataques de largo alcance con corrientes de aire o agua.

Hubo un momento en que vio a Shizun atravesado en el hombro por una estaca de hielo, y luego Binghe vio solo rojo. Cuando recupero la conciencia estaban de nuevo en el fondo del mar y sin rastros del Hechicero helado.

Pero algo era diferente.

La cola de Luo Binghe seguía oculta a pesar de estar mojado, y aún más extraño era que a pesar de no sentir las agallas en su cuello aún podía respirar normalmente en el agua.

Fue cuando vio su reflejo reflejado en las pupilas asustadas de su Shizun que por fin notó que sus propias pupilas eran completamente negras sin blanco al rededor, además de la marca roja en su frente que tenía un parecido sorprendente con lal de las estatuas del gran Neptuno.

—Luo Binghe.

Binghe tembló ante la voz fría de su normalmente amable Shizun.

—¿Tienes algo que decir?

—N-no.

¿Que podía decir? ¡El mismo no sabía que estaba pasando!

—¿Cuanto tiempo planeabas ocultar tu ascendencia?

—Este discípulo no entiende Shizun.

—¡¿Aún me consideras tu Shizun?! ¡¿Después de ocultar que no eres un tritón?!

QUE - NO - ES ¡¿QUE?!

Desconoce que cara está haciendo para que Shizun se suavice un poco.

—... ¿De verdad no lo sabías?

—¿Saber que Shizun?

Se arrepiente preguntar aún antes de que Shizun abra la boca.

—No eres un tritón Binghe... Eres el hijo del Gran Neptuno y probablemente aquella humana.

En cuanto digirio esa declaración la visión del mundo de Luo Binghe se rompió.

—¡¿Cómo es eso posible?!

—Lo conté en clases una vez ¿No? Cómo el Dios Neptuno cortejo a una docella humana y quedó atrapado debajo de una montaña. No sería extraño que dejara descendencia antes de quedar atrapado.

—¡Eso paso hace más de un milenio!

—El huevo de Binghe fue encontrado abandona a la deriva y se han documentos casos de semi-dioses con gestaciones mas largas.

—¿Y porque nací con cola?

—Probablemente trataste de imitar aún en el huevo a quien te incubó, es normal para hijos de dioses aun no nacidos. Ademas ¿La sirena que te crío no era de la tribu Orca? ¿Que probabilidad habia de que un huevo desconocido tambien fuera Orca, una de las tribus casi extintas?

—E-eso...

Eso es mucho para asimilar.

Un instinto recién despertado le grita que se mueva y se aparta del lugar antes antes de ser golpeado por un torrente. Sigue la dirección del ataque siente que su corazón se congela.

Shizun lo apunta con su abanico.

—¿... Porque Shizun?

—... Eres hijo de esa mujer... La raza Tritón no aceptara ni reconocerá a la descendencia de quién traicionó a nuestro Dios, aun si es, no. Especialmente porque eres el hijo de Neptuno, eres la prueba viviente de que nuestro Dios nos abandonó por una humana.

Varias emociones inundaron a Luo Binghe en ese instante: Ira, dolor, miedo. Hasta que solo queda la traición y el vacío.

—¿Shizun de verdad lo cree?

—... Este maestro le recomenda a Luo Binghe marcharse antes de que llegue compañía. Volver a la superficie con los humanos donde pertenece.

—¿... Y si no quiero?

Algo debió ver Shizun porque si mirada se endureció.

—Entonces cae.

Y Binghe no protesto cuando fue empujado a una grieta que llevaba a lo más produndo la Fosa Sin Fin, fosa más profunda de las profundidades del océano.

Su corazón rompiendose en el proceso.

¡Mermay! ¡2022!Where stories live. Discover now