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A media tarde, Kara se despertó se sentía desorientada.

—Hey. —dijo Lena.

Kara la miró y se incorporó, se sonrojó al ver que se había dormido encima de ella.

—¿Estás bien? —preguntó y Kara asintió.—Bien, vamos. —intentó levantarse pero no pudo, sus piernas no respondían, se habían dormido después de estar tantas horas en la misma postura.

—¿Qué pasa?

—No puedo levantarme.

Kara se puso de espaldas a ella.

—Súbete. —Lena se agarró y Kara la cogió y se incorporó.

—Mis cosas.

—Luego las recogeré.

Fueron hasta el ascensor, Kara entró en el tubo con Lena en la espalda.

—Puedes... —pidió, Lena apretó el botón y el elevador se puso en marcha.

Fue al salón y dejó a Lena con cuidado en el sofá.

—Chicas ¿Qué ha pasado? —preguntó Alura, acaba de entrar en casa y vio a su hija dejar a Lena en el asiento.

—Nada, que no puedo caminar de momento, se me han dormido las piernas.

—¿Y eso?

—Es largo de contar.

Kara no dijo nada, volvió al laboratorio y recogió las cosas de Lena, después fue al dormitorio y dejó el bolso encima de la cama y colgó el abrigo.

Alura se dispuso hacer la cena mientras que Lena se recuperaba, Kripto se acercó a ella y pidió mimos, Lena le hizo carantoñas en la cabeza y en el mentón, el lobo meneaba el rabo rápidamente, estaba feliz.

Aiden tenía celos, así que pidió también atención, así que voló hasta el regazo de Lena y ella sonrió, con la otra mano le acarició también.

Después de cenar y de recogerlo todo, las chicas se fueron a dormir, estaban cansadas. Se pusieron el pijama y Lena encendió las luces rojas para Kara, se metieron dentro de la cama y Kara se acurrucó apegándose más a su novia, cerraron los ojos y se quedaron dormidas enseguida.

A la mañana siguiente, Kara se despertó más tranquila y relajada, se levantó y fue al baño. Lena tardó un poco más en despertar, cuando lo hizo vio a su novia ya vestida y sonrió al ver que volvía a ser la Kara de siempre.

—¿Cómo estás hoy?

—Bien, el sueño me ha ido muy bien.

—¿Y el desahogo?

—También. Lena sobre eso, quiero disculparme, no esperaba reaccionar así, lo siento. —miró al suelo.

Lena no entendía porque se disculpaba, se levantó y se acercó a ella, le levantó la cabeza con la mano para poder ver aquellos ojos azules que tanto amaba.

—No te culpes por llorar. Necesitabas desahogarte.

—Pero yo...

—Kara, te entiendo, en serio. Yo también escondo mis emociones, las guardo en cajitas dentro de mí, pero siempre hay alguna que no cierra bien y se desborda todo y no lo puedo controlar, la cajita que más cinta aislante tiene, es la del dolor y tristeza y a veces grito para vaciarla o lloro. Sabes que me enseñaron a no mostrar debilidad ante nadie, pero en ocasiones eso es imposible, incluso para ti. No te disculpes por llorar, has perdido alguien importante y entre la rabia, el dolor y el sufrimiento que has guardado durante años al final has explotado. La verdad es que prefiero que llores a que destroces la casa. —eso último intentó hacerlo sonar con un tono burlón.

Amor verdadero (supercorp, Swanqueen)Where stories live. Discover now