Detrás de lo que cuentan de nosotros - ESCENAS EXTRAS

LAS ADICCIONES DE LOGAN (PARTE 1)

 Aquí vas a poder leer tres minicapítulos de Logan en los que tonteaba con las drogas. Una de las razones por las que se descartó fue para que el libro no quedase demasiado largo, y, la otra, porque queríamos hacer otro enfoque para que el lector pudiese entender mejor qué era lo que le llevaba a Logan empezar a tontear con las drogas.

Las adicciones de Logan (parte1)

Mucha música y seis cubatas después me entran ganas de mear. Voy al baño, me desabrocho el pantalón, cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás, disfrutando de aquella maravillosa sensación de alivio.

Cuando termino me la sacudo y me quedo mirándome al espejo.

Al girar me choco con un mueble.

—Puto armario de los cojones —gruño. Alguien se ha dejado el cajón abierto.

Entonces lo veo. Veo la droga. Bolsitas pequeñas de plástico, puentes invisibles hacia una felicidad inmediata.

Doy un paso hacia atrás..., y luego dos hacia delante.

Siempre he rechazado la droga cuando me la han ofrecido, pero después de ver lo bien que se lo pasa todo el mundo en esta fiesta..., de pensar que si a ellos no les pasa nada no tiene por qué pasarme nada a mí..., que solo será una vez..., que no me voy a enganchar..., que porque pruebe un día esta mierda no me voy a hacer adicto...

«Con esta mierda seguro que dejo de pensar en Enzo.»

Cojo una bolsita y mi cuerpo empieza a temblar.

«Solo quiero saber qué se siente.»

Pellizco la punta con los dedos y empiezo a girar la bolsita de plástico.

Echo un montoncito pequeño de cocaína sobre el lavabo y hago una línea con la tarjeta de crédito.

«Solo lo voy a probar», repito para mis adentros.

Cuando me inclino, tapono un agujero de la nariz, y por el otro respiro profundamente mientras recorro la línea haciendo un gesto de barrer con la cabeza. Pensaba que sería algo molesto, que me picaría la nariz, que me saldría estornudar; pero no. Resulta que meterse coca es tan sencillo como había visto en las películas.

Espero unos segundos a que me haga efecto.

—¿Y ya está? —Miro la bolsita llena de polvos blancos.

No me noto diferente. Pruebo a hacer otra raya y vuelvo a esnifar.