Hoy pasó algo al menos peculiar, déjenme explicarles: yo soy algo escéptico, aunque mis amigos han insistido en que cuente lo que nos ha pasado(al menos los que siguen tan cuerdos como yo).
Continuo mi relato: todo empezó cuando como siempre esperaba a mi amiga Mónica al salir de la escuela, siempre salía sonriente y yo la seguía en mi auto vigilando su camino sin que se diese cuenta. Pero ese día algo cambió, la invité a subir al auto, pero en un ataque psicótico no me reconoció y se puso a gritar como loca, tal vez le hacía falta algún medicamento, por suerte siempre porto algunos calmantes le di algunos mientras la subía al vehículo. Tal vez le di demasiados, tomé su cuerpo y lo desmembré. ¿Que otra cosa podía hacer? Sus restos descansan bajo mi casa junto con el resto de mis amigas que corrieron la misma suerte.
Dos días después me topé con mi amiga Melissa, según ella no me conocía, pero había estado acompañándola a la escuela durante un año, otra vez había perdido el juicio, está vez la dejé inconsciente, sus restos están junto a los de Luisa, otra de mis amigas desquiciadas.
En este punto pienso que todos se están volviendo locos, dicen que yo no conocía a ninguna de las jovencitas de las que me defendí, pero conocía a todas y cada una: Natalia, Valeria, Patricia, Alice… todas se habían vuelto locas, lo juro. Dicen que soy un psicópata, un asesino en serie, pero no lo soy. Todos están locos, si fuera así, ¿como sabía entonces que a Natalia le encantaba el amarillo? llevaba incluso ropa interior de ese color cuando perdió el juicio, aún en mi casa deben estar sus calzones. ¿O cómo sabría que Valeria caminaba todos los días desde casa de su abuela hasta el colegio? Solo su gran amigo sabría cosas así, la pobre de su abuela se quedó sin el delicioso pastel que le había preparado su nieta, muy bueno. Patricia prefería los brasieres deportivos, Alice prefería el encaje negro…todas dejaron ropa interior en mi casa por una emergencia busquen y verán, ellas se volvieron locas, en serio.
