S1:E20: ¿Quién está detrás?

27 0 0
                                    

El sol descargaba todo su esplendor sobre mi piel, ya sentía mis mejillas arder pero lo ignoro. El libro en mis manos era el toque que le daba a mi día, era una vieja novela de los noventa en donde dos jóvenes se prometían amor eterno, pero sus vidas iban por caminos muy distintos.

Mi mirada se desvía a él, para mi sorpresa le pillo mirándome. Es tarde cuando ya siento mis mejillas arder—¿qué?—le pregunto tratando de evitar que note todo mi nerviosismo.

—Soy afortunado —dice mientras me mira con atención—no puedo imaginar cuantos chicos quieran estar en mi lugar —sonríe derribando toda mi fortaleza.

—La lista es corta, creme —me encojo de hombros mientras devuelvo mi vista a mi libro.

Siento como Harry sale de la piscina para sentarse frente a mi—¿sabes? A veces creo que no tengo un rumbo en mi vida, creo que solo soy un par de moléculas que ronda por la vida, tal vez no sepa a dónde ir, pero si pudiera una mañana abrir los ojos y verte, sabría dónde quedarme.

Lo estaba, estaba completamente loca por él, de alguna manera toda su presencia me había capturado, me había envuelto en su brillo, en su olor, en su voz, en él. Escucharlo había movido todo dentro de mí, le quería, le quería cerca de mí.

Durante toda mi vida había conocido chicos, unos bobos, otros raros y otros cretinos, pero Harry. Harry me hacía sentir una clase de ser sentimientos encontrados que jamás podría describir con palabras, era como magia.

—No soy alguien perfecta, Harry —no me doy cuenta cuando mis ojos ya están húmedos

—¡Joder, Maddie! Si tan solo pudieses verte a través de mis ojos, creerías en la perfección —sonrío cuando le escucho hablar.

—¿Interrumpo? —la voz de mi papá detrás de mí me incomoda un poco—Maddie tu madre necesita ayuda con la comida.

Algo inconforme me levanto de mi asiento para mirar por unos segundos a papá—sé lindo ¿quieres? —susurro antes de irme.

HARRY

—Contigo es con quien quería hablar un par de cosas —la voz de Steve hace que retome mi faceta firme ante él

—Soy todo oídos —le digo mientras él toma asiento frente a mí.

Veo con atención al hombre, su mirada es fuerte y penetrante y sus manos están entrelazadas dándome a entender que era algo serio, es entonces cuando temo y mi mente se llena de ideas, sabe sobre mí.

—Quiero hablar sobre Maddie —mi cuerpo suelta toda la tensión cuando nombra el tema—mira yo no sé qué es lo que tiene mi hija, que siempre elige mal al hombre con el que quiere estar, ella es una persona maravillosa que lo entrega todo, y sé que lo sabes. Los chicos que han entrado por esa puerta siempre son unos imbéciles —dice con tanta firmeza que me hace creer que está retándome.

—¿Por qué no somos más directos? —digo tomando su misma postura, él lo nota así que solo puedo ver como un sonrisa irónica se dibuja en su rostro

—¿Sabes? yo también tuve tu edad, la edad de merecer, la edad donde quieres comerte el mundo de un mordisco, Harry. Yo también conocí a Elena joven, llena de cualidades, inocente, buena familia, buen futuro, con privilegios. —dice mientras desvía su vista a Maddie y su madre quienes reían a lo lejos.

—¿Crees que estoy con ella por su dinero? —digo con frialdad.

—Eso lo has dicho tú. Solo quiero ser claro contigo, sé que eres un hombre con la capacidad de entender —el hombre se levanta lentamente al igual que yo, no le tenía ni una sola gota de miedo—tú le rompes el corazón y yo mismo me encargaré de hacerte mierda la vida, ¿estamos claros?

—Claros. —escupo sin dejar de mirarle fijamente y tratando de contener las ganas que tenía de asesinarle a sangre fría.

Lo sabía, sabía que yo era un amenaza, no sé cómo ni cuándo, pero lo va a descubrir, me va a joder y no va a tardar mucho en hacerlo, pero por lo pronto, acababa de cavar su propia tumba.

***

La noche se había hecho presente acompañada de una gran tormenta, era casi media noche y esperaba que Maddie saliera de la ducha. Trato de ocultar mi risa cuando la veo salir con una pijama más colorida que un arcoíris.

—¿Qué es tan divertido? —pregunta con enfado.

—Eres como vómito de unicornios y princesas —sonrío—¿escuchas eso? —me levanto rápidamente cuando escucho Roslyn en la vieja radio de Maddie.

—Amo esa canción —sonríe.

—Quiero bailar contigo —digo tomando su mano.

—¿Qué? —Maddie ríe mientras la acerco a mi—soy mala.

—También yo —digo antes de plantar un beso en su mejilla.

M A D D I E

Cuando siento sus manos clavadas en mi cintura mi mundo se mueve, mi corazón quería estallar de tantas cosas que estaba sintiendo cuando sus ojos me miran fijamente. La música y la tormenta era como un combinación perfecta, su frente se une a la mía haciéndome sentir segura, solo bésame, pienso.

Mi mente y mi corazón estaban por primera vez en la vida sincronizados, por primera vez amaba un momento, quería estar así y sentirme así, porque me sentía tan jodidamente bien, tan jodidamente perfecta.

Tomo valor para volver a mirarle a los ojos, él parece pensar igual así que me mira por unos cuantos segundos antes que nuestros cuerpos reaccionen solos y unir mis labios con los suyos, era como si de alguna manera ambos lo deseáramos, nos deseáramos.

Sus manos suben hasta mis mejillas haciendo unirme a él aún más fuerte, era un beso lento pero a la vez con tanto deseo, así que lo hago y me dejo llevar junto con él.

Noto como estaba firme, pero a la vez también sentía su nerviosismo por la forma en que me tocaba con tanta delicadeza, como si me fuese a romper—no quiero hacer esto si tu no quieres —susurra entre jadeos.

Sonrío mientras acomodo los mechones de cabello detrás de su oído—estoy bien—respondo.

Es entonces cuando siento después de mucho tiempo las estrellas bajar a mi alrededor, siento de nuevo mi cuerpo, mi alma y mi espíritu vibrar como nunca, él me hacía sentir bien, así que lo único que hago es disfrutarlo y volar lejos mientras su mano se aferra a la mía.

***

H A R R Y

No podía dejar de mirarla, sus ojos estaban completamente cerrados y parecía haber caído en un profundo sueño. Mis dedos recorren sus mejillas y su suave cabello, siento tanta debilidad cuando la veo, cuando recuerdo haberla sentido tan cerca de mí, con ella me sentía tan grande y a la vez tan pequeño, ella había cambiado algo muy dentro de mí.

Unos pasos debajo de su puerta llaman mi atención, siento curiosidad cuando escucho la voz de sus padres discutir fuera de la habitación. Trato de no despertar a Maddie cuando salgo de su cama, la discusión había bajado hasta la cocina así que trato de hacer el menor ruido posible cuando llego hasta detrás de la pared.

—¿Estás seguro de esto, Steve? —Elena exclama con preocupación.

—¿Por qué iba a estar bromeando con algo como esto, Elena? ¡joder! han saqueado todas mis cuentas, todo nuestro maldito dinero se ha esfumado.

—¡Dios mío! —susurra—¿quién está detrás de esto?

—No sé. Pero lo voy a descubrir, lo juro.

Adrift [H.S]Onde histórias criam vida. Descubra agora