Capitulo 52: Rencor

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Escuché como sacaba la hoja del sobre y la desdoblaba, me paré bajo el marco de la puerta y lo vi leyendo con una expresión indescriptible en su rostro.

- Perdóname por favor, nunca fue mi intensión herirte, pero cuando se trata de ti pierdo la perspectiva de todo, no puedo pensar coherentemente, se me ocurren las más extrañas locuras, por eso estoy aquí, no me importó faltar a la junta de socios con tal de venir a aclarar las cosas contigo - le expliqué mientras él seguía con la cara clavada en la carta.

- Por mí puedes regresarte a tu junta - exclamó dándome la espalda sin mirarme - yo también tengo mucho trabajo - agregó serio y casi me da un infarto al escucharlo, quizá lo había subestimado y sí era rencoroso.

- No me digas eso Honey, por favor, si tú no
me perdonas lo demás ya no importa - dije
abrazándolo y pegándome a su cuerpo, de
inmediato noté su tensión al sentirme - ya
perdóname ¿sí corazón? - musité en su oido
asegurándome que mi aliento se colara por el.

-¿No más mentiras ni engaños?

-Te lo prometo - aseguré y así sería en adelante.

Se giró y nos besamos desesperadamente, con urgencia, mientras le acariciaba la espalda y él deslizaba sus dedos por mi cuello, sentí como mi miembro empezó a despertar ante el contacto de nuestros cuerpos, pero el grandioso momento
fue interrumpido por su jefe.

Me presenté con él, me reconoció y me miró
con desconfianza, me dio la impresión de que yo no le caía muy bien. Me asomé después de que salió de la oficina y cuando me aseguré que había entrado al ascensor, cerré la puerta de la oficina y le puse el seguro para que nadie nos interrumpiera, no podía esperar un segundo más para hacerle el amor.

- Tengo que terminar unos pendientes - objetó Tweek, aunque no muy convencido.

- Este es el más importante, todo lo demás puede esperar.

Nos besamos nuevamente, tan ávidos y frenéticos como minutos antes para culminar haciendo el amor de una forma presurosa, pero no por eso menos satisfactoria. Después que terminamos tomé su rostro con mis manos y bromeé con él, diciéndole que lo haría enojar más seguido sólo para poder reconciliarnos de esta manera, él me advirtió que quizá la próxima vez no sería así.

-Te amo Honey, te amo - le dije finalmente, ya no podía callarlo más.

-Yo también te amo Craig- respondió haciéndome sumamente feliz.

Otra vez nos fundimos en un beso, pero esta vez sin segundas intenciones, cargado de emoción, de ternura y porque no decirlo, de
amor, ambos nos queríamos y esa era una
manera de demostrarlo, después nos abrazamos fuertemente y de pronto él se separó y me miró un tanto asustado señalando el hecho de que no había usado condón esta vez, lo había olvidado, no me había llevado ninguno a Londres porque sabía muy bien que no los necesitaría y a decir verdad, no me importaba utilizar o no protección, así se lo hice saber, aunque no
exactamente con esas palabras porque el miedo seguía presente en su cara, tal vez no se sentía preparado para eso y le afirmé que seguiría usando si eso le tranquilizaba.

Me preguntó cuando regresaba a Londres y no me gustó para nada su comentario ni el tono de su voz cuando le expliqué los motivos por los cuales estaría sólo un par de días en la ciudad.

- Honey, yo no te voy a dejar solo ¿ok?, siempre he sabido administrar mi tiempo y debes creerme cuando te digo que nada es más importante que tú, nunca, grábatelo bien, nunca mis negocios han estado por encima de las personas que quiero, tengo todo planeado y organizado para poder pasar el fin de semana entero en la boda de Tricia, a la que tú me vas a acompañar, por cierto. -Le expliqué y una traviesa sonrisa se dibujó en su rostro y me respondió que no sabía si iría, así que le comuniqué que estaría ahí sin importar como, entonces aceptó acompañarme, pero agregó que lo dejara trabajar. Yo aproveché para llamar a Londres y revisar mis mails en el movil, había algunos urgentes y los respondí.

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Dulce tentación  ×Creek× [Adaptación] Where stories live. Discover now