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«Vaya, vaya ¿Pero qué tenemos aquí?»

Sus nervios se pusieron de punta y todo su cuerpo empezó a temblar de una manera algo perceptiva a la ligera.

«¿Cómo te llamas?»

Su voz había salido temblorosa, apenas había logrado pronunciar su nombre, casi inentendible quizás, pero a fin de cuentas, se sentía demasiado ansioso y emocionado.

«Así que, viniste aquí para convertirte en... ¿Modelo?»

Asintió frenéticamente a la pregunta, nada pudo salir de sus cuerdas vocales y su boca no podía articular ni una palabra.

«Oh, eso es bueno que personas de tu tipo quieran perseguir un sueño tan alto como ese.»

Su corazón latía desbocado. ¡No podía creer que lo estuviera apoyando! Estaba seguro de que lloraría en algún momento.

«¿Sabes? Creo que hay una tienda en la esquina para personas de tallas extra grandes que necesita alguien que modele su mercancía, creo que allí encajarías muy bien, eres perfecto para eso."

Recordaba como los músculos de su rostro se contrajeron, formando una mueca de confusión.

No, no, a lo mejor había oído mal, también podía ser una pequeña broma de parte de aquel angelical y perfecto hombre.

-Uh... Tal vez, jaja...

Fue lo único que pudo decir ante lo último que había escuchado, forzando una pequeña risa ante aquel "juego", a pesar de que en el fondo de su consciencia, ese comentario había sido desagradable. Pero tenía que seguirle la corriente ¿No? Ya vendría lo bueno, su ídolo siempre era amable y dulce.

«Ah, ese no era el chiste. El chiste está frente a mí, lo estoy viendo y hablando con él justo ahora.»

O al menos eso era lo que él pensaba.

«¿Tú? ¿Ser modelo? Por favor, bájate de esa nube antes de que tu peso lo tenga que hacer por ti.»

Sus mejillas enrojecieron de la vergüenza y sintió la sangre irse directamente hasta sus pies, como queriendo salirse de su cuerpo. ¿Por qué le estaba diciendo todo eso?

«Yuki, Yuchi, ah... Ya no recuerdo cómo te llamas, en fin. Cariño, hay muchas características que una persona debe tener para llegar a estar en una pasarela, frente a las cámaras, y lucir espectaculares prendas de la Haute Couture*, como por ejemplo, ser altas, atractivas, sin acné o alguna marca fea sobre la piel, ya sabes, 100-80-100 para los chicos, un buen físico, sobre todo.»

Las risas de los demás participantes del casting al que había ido para "cumplir su sueño" y de los trabajadores del ser se escuchaban cada vez más fuertes a medida de que las burlas y palabras despectivas hacia su persona salían de los rosados y hermosos labios de aquel modelo de llamativos y  fríos ojos cielo.

«Si no tienes un cuerpo de muerte y tampoco un rostro de ángel, no tienes fama, no tienes belleza, no tienes nada. En verdad, no tienes nada.»

Abrió sus ojos cuando sintió correr por los bordes de sus mejillas y laterales de su rostro traicioneras lágrimas, que así como en la pesadilla de la que acababa de despertar, no había logrado parar gracias a la poca resistencia que habían tenido sus lagrimales. Pero ¿Cómo podía llamar pesadilla a aquel recuerdo que había vuelto desde lo más profundo de su mente para atormentarlo como solía hacerlo hace un tiempo?

❖ SexyBack ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora