42.Mía o de nadie.

1K 70 26
                                    

Yeimy

Estaba en camino a la pecera, tratando de apresurarme lo más rápido que podía. No quería que llegaran antes que yo, no quería que a Erick le pasara algo malo.

Mi celular sonó y atendí.

Juan: - Te estás tardando demasiado y no me gusta esperar. Creo que con 17 años ya fue suficiente.

Yeimy: - Ya estoy llegando - dije con un nudo en la garganta.

Juan: - Creo que Erick, se está cansando... - dijo en un tono cantado. - ¿Verdad qué si pecesito? - preguntó en manera burlona.

Erick: - Mamá, no vengas - gritó.

Yeimy: - ¡Erick! - grité. - Por favor no le hagas nada - supliqué.

Juan: - Eso depende de vos, te espero en la cabina - dijo y luego cortó la llamada.

Yeimy: - Maldito - grité con lágrimas en mis ojos.

Unos minutos después llegué al lugar, bajé del carro y entré.

Yeimy: - Juan - dije para seguir caminando. - Vine sola - grité.

Seguí caminando hasta llegar a la cabina y allí lo vi.

Yeimy: - ¿Dónde está mi hijo? - pregunté con la mirada fría.

Juan: - ¿Estás sola?

Yeimy: - La vida de mi hijo está en juego. ¿Vos creés que me voy a poner a tentar con eso?

Juan: - Entrá - dijo por el micrófono. - A Erick lo vas  a ver cuando esto termine - sonrió.

Yeimy: - ¿Qué querés? - pregunté tragando saliva.

Charly

Cada minuto que pasaba más me desesperaba, quería entrar de una vez, quería saber que estaban bien.

El resto de los policías aún no habían llegado, pero no podíamos esperar. Botero comenzó a contar con los dedos, 3, 2, 1... y nos hizo una señal para que entremos. Invadimos el lugar sin hacer ruido, Cata nos decía en donde se encontraba cada lugar específico.

Mi corazón latía con fuerza, sentía que algo estaba mal. Llegamos a una de las oficinas y allí estaba Erick, sus manos atadas al igual que sus pies, su boca estaba amordazada. 

Corrí de prisa hacia él.

Charly: - ¿Estás bien? ¿No te hizo nada? - pregunté entre sollozos mientras tocaba su rostro.

Erick: - Mi mamá, andá a la cabina - dijo desesperado. - Es una trampa, yo solo soy una distracción, andá por mi mamá - decía entre su desespero.

No lo pensé dos veces, corrí hacia la cabina, Cata me indicó el lugar pero le pedí que se quedara.

Cuando comencé a correr hacia allí, oí un disparo y comencé a apresurarme aún más.

Yeimy

Juan sacó un arma y me apuntó con ella, la posó suavemente en mi sien, sentí lo fría que estaba, luego hizo un recorrido para acariciar mi mejilla con ella. Mi rostro estaba muy rígido y mi respiración comenzó a hacerse pesada.

Juan: - Vos sabés que te amo. ¿Verdad? - sonrió.

Yeimy: - Vos no sabés que es eso, estás obsesionado Juan - dije aún sin moverme.

Juan: - No digás eso, no digás eso - dijo sonriendo mientras gesticulaba sus manos con el arma en una de ellas. - Todo hubiera sido perfecto si Charly no estuviera en nuestras vidas.

Porque todavía te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora