Marzo

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Narra Alina

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Narra Alina

Dibuje una sonrisa y escuche el sonido de la campana sonar indicando que todos los niños ya deberían estar entrando al salón, ellos o fueron haciendo de uno en uno. Una vez dentro todos comencé a dar la clase de nuevo y ellos me ponían atención muy atentos, trataba de que mi mente se centrara en esto que en lo que me sucedía.

Tom vino por mi a la escuela, durante el camino de regreso a casa también íbamos en silencio. Llegamos a casa y bajamos, fui a cambiarme de ropa y después baje las escaleras, Tom estaba haciendo la comida, entre y lo mire.

— Ben me habló sobre casarnos - lo mire y él giro a verme -

— ¿Y qué le dijiste? - él preguntó -

— Le pregunté que cuando tenía planeada la boda y que no me había hablado sobre eso antes.

— ¿Y qué dijo?

— Solo respondió que quiere casarse conmigo este años y que tuvo la idea ayer mismo.

— ¿Y qué opinas tú?

— Pues no sé - suspire - tú y yo vamos comenzando con... No sé que tenemos pero yo no me siento lista para el matrimonio.

— Yo no quiero dejarte Alina.

— Yo tampoco - lo mire - no quiero dejarte, Tom.

— Pensaremos en algo y después ya le dices ¿Sí?

— Sí.

Él continuo haciendo la comida, me acerqué a él y lo abrace por la espalda respirando su embriagador aroma a perfume masculino. Paso sus manos sobre las mías y dejo un beso sobre una de ellas.

— Te quiero Alina - susurro -

— Yo también estoy comenzando a quererte, Tom.

Él soltó una risa y me separé un poco, le ayude con la comida y minutos después estábamos comiendo.
Durante la comida estuvimos hablando sobre nuestros trabajos, me hacía más preguntas sobre las clases de los niños, si eran traviesos o no y que si me gustaba pasar tiempo con ellos.

Cuando terminamos de comer yo fui a mi habitación a para cambiarme de ropa. Al salir ví que Tom entraba a su habitación, camine y toque la puerta, él giro a verme y sonrió.

— Que linda pijama - sonrió -

— Gracias - reí - ¿Te gusta más así o sin ella?

Él dibujo una sonrisa enorme y se acercó a mi me abrazo por la cintura y me pegó a su cuerpo, caminamos hasta la cama, me hizo recostar en la cama y se puso en medio de mis piernas.

Sonreí y él dejo un beso en mis labios, sus manos acariciaban mi cintura, comenzamos con un jugueteó de besos, caricias y roces. Movía su cadera sobre la mía provocando un roce que erizaba mi piel.

El mejor amigo de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora