La banda criminal mas conocida como Bonten, liderado por su líder Manjiro Sano, tienen la fama de encargarse se sus enemigos de maneras despiadadas. Eso los llevara a secuestrar a la amante de uno de sus mas fuertes y poderosos enemigos. Poco a poco...
Incluiré personajes inventados por mi para el desarrollo de la historia.
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El sexo...
El sexo es lo más delicioso que hay en la vida.
Esa era una frase que repetías diariamente en tu cabeza.
¿Conocen la ninfomanía?
—¿Se supone que te pusiste ese vestido para provocarme? —las manos del hombre pasaban por tus muslos, tus carnosos y suaves muslos.
Te encontrabas sentada en sus piernas, abrazada a su cuello, una sonrisa desplegaba tus labios.
El lugar era una discoteca, luces led por todos lados y una música encendida para obligar a la gente a moverse. Se encontraban en la zona VIP del lugar, sentados en un sofá de terciopelo rojo con dos hombres de negro parados a cada lado suyo, guardaespaldas perfectamente armados para su seguridad.
—En efecto —contestaste— ¿Te gusta? — él sonrió mientras apretaba tu piel.
—Gustarme es poco, verdaderamente me encanta.
Podías ver esas ganas en su forma de expresarse, sentías una dureza creándose entre sus piernas, que fácil era excitarlo.
—Me alegra que te haya gustado —tus manos acariciaron con suavidad su nuca, tus largas uñas y con un perfecto manicure pasaban por su cabello pelirrojo— Lo elegí para ti.
—Buena chica —siempre que decía esa frase, una sensación de hormigueo recorría tu entrepierna, que delicioso era escucharlo.
—Hoy no traigo bragas —le susurraste— ¿Te gustaría comprobar? —pasaste tu lengua por la comisura de sus labios, él intentó besarte pero te alejaste.
—No puedo en este momento, sabes que tengo un asunto que resolver ahora —buscó darte un beso por segunda vez, esta vez solo moviste tu rostro hacia un lado, rechazándolo.
Se suponía que tendría que encontrarse en ese lugar con otro hombre, para hablar de sus negocios para nada en contra de ser legales. Obviamente sarcasmo.
Narcotráfico, lavado de dinero, extorsión. Cualquier cosa que de dinero rápido.
—¿Ese sujeto es más importante que yo? Pensé que te gustaría divertirte un rato conmigo.
—Quiero divertirme contigo —sus dedos pasaron rozando la piel de tus senos expuestos por el escote de tu vestido— Pero ahora hay algo que tengo que arreglar, después de eso... Haremos de todo ¿Entiendes?
Que ridículo. No podías esperar a que acabara de arreglar sus problemas, necesitabas un algo de diversion. Si él no iba a dártelo, ibas a hacer que otro te lo diera.
—Bien, yo iré a bailar —te pusiste de pie.
Él tomó de tu muñeca apenas te quitaste de su piernas.
