02

17.3K 1.6K 1.7K
                                    

Él se mantenía recostado en la pared, sus brazos cruzados, sus ojos mirando hacia el techo y tu ibas mirándolo desde la cama.

—¿No piensas irte? —él bajo la mirada hacia ti.

—Dije que no. Me quedaré aquí, es una orden de Mikey —repitió.

Había algo en los secuestradores que te sorprendía, cada vez que entraba uno nuevo, estaba más bueno que el otro.

Mirabas de pies a cabeza su vestimenta, un traje. La perdición para ti eran esos refinados trajes costosos, no había una razón del por que te gustaban tanto, solo lo disfrutabas y ya.

—Quiero una pijama, necesito dormir y no lo haré con este vestido —él ni siquiera te dedicó una mirada.

—Pues deberás hacerlo.

—¿No oíste lo que dije? No dormiré con este vestido, o me das una maldita pijama o tendré que dormir desnuda —el hombre bajó a mirarte por segunda vez.

Analizó tu cuerpo como inspeccionaba el terreno— Pues si quieres hacerlo, puedes dormir desnuda.

Solo eso necesitabas. Era tan predecible. Querías estar en prendas menores para él, seducirlo un poco y ver si terminaba cediendo. Lo más probable era que si.

Con todo gusto fuiste desanudándote, siempre dando pequeños movimientos de caderas para bajar el vestido y como forma de provocarlo un poco. Podías sentir su mirada, sonreíste levemente ante eso.

Cuando quedaste en ropa interior, fue una total sorpresa para él ver que no llevabas bragas, solo un sujetador el cual también quitaste.

Quedaste desnuda, por completo. Diste pequeños pasos, lentos pero firmes, eras una experta deduciendo a hombres como este. Te sentaste sobre la cama, mirándolo a él, frente a frente.

Cruzaste tus piernas y brazos. A pesar de estar mirándolo, él no disimilaba esa mirada sobre ti, ni siquiera un poco, era como si le importara una mierda lo que pensaras sobre como sus ojos te veían.

—¿No estas mirando mucho? —le preguntaste.

Él mantenía su expresión seria— Oh, lo siento. ¿Quieres que no te vea? —su tono de voz seguía vago y ronco al hablar.

—No. De hecho me gusta que estés mirando.

Esa frase fue lo único que logró suavizar esa expresión firme contigo. Acababas de decir que te gustaba ser mirada por él, solo pensó que eres una especie de rara, loca, psicópata, enferma, imbécil, etc.

—¿Te gusta que te vea? —preguntó para asegurar.

—Si —te pusiste en pie y encaminaste hacia él— Que me veas de esa forma es excitante ¿No crees? —te tomaste la osadía de tocar su pecho, pasaste las manos por sus pectorales, seguirías de no ser por que te detuvo tomándote por la muñeca.

—Deja los juegos mujer. No trates de seducirme, no soy imbécil. Ahora quiero que regreses a esa cama o voy-

—¿Qué harás? —liberaste tu mano atrapada fácilmente— Golpearme, matarme. ¿Eso que? Me importa una mierda —acariciaste su mejilla, tu pulgar delineó sus labios, él estaba quieto, dejando que hicieras tus movimientos sin interferir en ellos— En lugar de amenazarme de esta manera, ¿Por que no me demuestras de que eres capaz en otro lugar?— señalaste hacia tu lugar favorito en el mundo— En esa cama por ejemplo.

Ahora mismo estaba insultando a todo mundo por ponerlo en esta situación. Que tentativa era esa invitación a tener sexo, pero sinceramente mantener su cabeza era más importante.

Ninfómana - Bonten / Tokyo RevengersWhere stories live. Discover now