Parte III

1.1K 35 4
                                    

Franco quería correr a abrazarlos y besarlos, pero sabía que debía esperar a que ellos se sintieran seguros de nuevo.

-Chicos, no saben la falta que me han hecho.

-Así y ¿por qué en tanto tiempo no nos llamaste ni una sola vez, papá?- Dijo Gaby con un poco de ira en su voz.

-Gaby, hermanita cálmate, ¿sí?- Gaby miró a su hermano confundida.

-Andrés como me puedes pedir que me calme, después que mi papá nos abandonó y ahora regresa como si nada, diciendo que nos extrañó.

-La verdad es que yo tampoco entiendo como después de tantos años, de pronto te acuerdas que tenías una familia pero quiero saber que tienes para decir.

-Chicos a ver, calmémonos todos. Yo sé que esta situación no es fácil para ustedes, pero por favor, escuchen a su padre- Dijo Sara, tratando de ser la mediadora entre sus hijos y su esposo.

Franco miró a su esposa, agradeciéndole por estar ahí con él, dándole su apoyo. Sabía que si ella estaba ahí sería mucho más fácil, explicarles a sus hijos lo que había sucedido. Franco les contó lo del fraude y como fue a parar a la cárcel. Sus hijos no podían creer todo lo que su papá estaba diciendo, todo lo que sufrió estos últimos años.

Andrés se acercó a su padre y lo abrazó, Gaby aún estaba sentada al lado de su madre, lágrimas caían por sus mejillas. Sara le secó las lágrimas y besó la frente de su hija.

-Ya mi amor, trata de calmarte, todo va estar bien- Le decía al oído, mientras la abrazaba.

Franco sentía como su corazón volvía a latir de nuevo, estaba junto a su familia.

-Papá, yo lamento lo que te dije, perdóname por favor- Decía Andrés mientras se sentaba al lado de su padre.

-No hijo, ustedes son los que tienen que perdonarme a mí, por haberlos hecho sufrir todo este tiempo- Gaby se separó de su mamá y corrió a abrazarlo.

-No papi, discúlpanos por lo que te dijimos. Me dolió mucho cuando te fuiste, no te lo voy a negar, pero después de saber todo lo que te paso yo...- Franco no la dejó terminar de hablar.

-Shhh, todo está bien, chicos. Estamos aquí juntos y no me pienso ir de nuevo- Abrazó a sus hijos con fuerza- Los amo muchísimo, son lo más importante que tengo en esta vida- Miró a Sara, que estaba sentada en el otro sofá, con lágrimas en los ojos y una sonrisa se dibujó en su boca.

Duraron horas los cuatro sentados, platicando todo lo que habían hecho, como le iba a Gaby en la universidad, Andrés con la banda y su nuevo trabajo, hasta que se hicieron las 2 de la madrugada.

-Es tan tarde- Dijo Gaby mientras miraba su celular- Mañana tengo clases, pero me quiero quedar más tiempo hablando contigo papi- Besó la mejilla de su padre.

-Ya vamos a tener tiempo de platicar de todo mi princesa, ya es tarde y la verdad si estoy un poco cansado- Abrazó y besó a sus hijos de nuevo.

-Bueno hermanita, ya escuchaste a papá, es hora de dormir- Se despidió de su mamá y su papá y ayudó a su hermana a levantarse.

Gaby le dió un beso a su mamá

-Te amo mami, te amo papi- Y subió las escaleras junto a su hermano.

Franco cerró los ojos un momento y una sonrisa se dibujó en su rostro, volvió a sentir felicidad, su vida estaba completa ahora. Sara se acurrucó a su lado y le besó la mejilla.

-¿Se puede saber por qué está tan sonriente señor Reyes?

Franco la pegó más a hacia él, abrió los ojos y le besó la frente.

-Porque te tengo a ti y a mis hijos- Sara lo miró a los ojos, sentía que podía perderse en el azul de su mirada, se levantó y le tendió la mano a su esposo.

-Vamos a la cama, amor- Franco le besó la mano y la siguió a las escaleras.

Llegaron a la habitación, se sentían como dos adolescentes haciendo algo indebido, no sabían que hacer ni que decir.

-Si quieres puedo buscar algo de ropa de Andrés para que te cambies y estés más cómodo- Franco la detuvo poniéndole la mano en el hombro.

-No te preocupes, yo voy.

-Bueno, voy a buscar una jarra con agua- Sara bajó a la cocina, mientras Franco buscaba algo de ropa en el cuarto de Andrés. Estaba nervioso, quería estar con su esposa de nuevo, pero era difícil, después de tantos años, muchas cosas cambiaron, él ya no era el mismo de antes.

Llego a su cuarto, quería aprovechar de cambiarse la ropa antes que su esposa llegara, pero no pudo. Sara llego sosteniendo la jarra y un vaso y lo colocó en la mesita de su lado de la cama.

-Bueno, voy a cambiarme. ¿Quieres algo de comer o estás muy cansado?- Pregunta Sara desde el vestidor mientras buscaba su pijama. Franco la miró desde el otro lado de la habitación, no podía dejar de admirarla. Sara salió con el pijama en la mano.

-La verdad es que estoy muy cansado- suspiró y la miró cuando se acercaba- Nunca me imaginé que estaría aquí de nuevo... pero ya habrá tiempo de hablar de eso, ¿no?- Sara asintió y comenzó a desabotonar su blusa. Franco estaba inmóvil, no podía dejar de admirarla.

-¿No piensas cambiarte?- La voz de su esposa lo sacó de sus pensamientos. Sara subió la cabeza y notó el deseo que empezaba a formarse en los ojos de su esposo, sintió un pequeño cosquilleo recorrer su cuerpo. Lentamente bajo sus manos al segundo botón sin dejar de mirarlo, Franco se mordió el labio, sentía que podía explotar ahí mismo. Se acercó a ella y la tomó de la cintura.

-Te necesito, Sara- La besó con desespero, mordiendo su labio inferior, se separó para mirarla a los ojos y tomar un poco de aire.

No te imaginas cuantas veces soñé con estar así de nuevo, te amo Sara Elizondo de Reyes.

-Yo también te amo, Franco Reyes- lo besó- Muchísimo.

El ReencuentroWhere stories live. Discover now