XX

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De todas las cosas que pertenecieron a White, Black solo pudo quedarse con unas muy pocas. Su madre un día simplemente decidió borrar todo rastro de su hijo menor y eso rompió un poco más a Black.

Unos días antes que eso pasará, Black había tomado la fotografía que más le gustaba de la pared, lo cual fue muy difícil, en todas salía White, así que todas las fotografías le gustaban por igual. También tenía la que él mismo le saco, en la que White sonreía con un premio en su mano, ambos se habían escapado de casa un día para ir a una competencia de astronomía que White ganó sin problema. A White siempre le habían gustado mucho las estrellas, pero solo fue un pasatiempo que tenía, no era algo por lo que le gustaría estudiar, además de que no podría hacerlo por más que quisiera.

Una carta con el papel ya muy malgastado y viejo, donde White contaba cual era su sueño para el futuro... No decía mucho, solo que quería ser feliz con Black para siempre y que lo amaba.

Esa fue una de las tantas cosas que Black no pudo cumplirle a White. Esa carta era de sus tesoros más valiosas y de las pocas cosas que pueden hacerlo llorar sin problemas.

Él siempre iba a amarlo también...

Y había una cosa más que apreciaba más que su vida. Un brazalete. White había hecho un brazalete con hilo encerado de color blanco y negro, los hilos se cruzaban hasta formar un corazón y una estrella. White se la hizo un mes antes de que se fue. Cuando se la dio, le dijo que si algún día quería rendirse, mirará ese brazalete y siga adelante por él, además de que este brazalete carga con la segunda promesa más grande entre ambos.

Volver a estar juntos. White prometió por ese brazalete, que volverían a estar juntos.

Black siempre la llevaba en su muñeca desde entonces, nunca se la ha quitado desde que White se la dio y no lo hará hasta que White vuelva a estar con él.

O al menos eso pensó él...

Black no recuerda si fue cuando entraron o salieron, pero de todas formas ya no importa, porque se perdió para siempre.

La misión era simple; entrar, llenar todo de gasolina, salir y quemar la casa.

En algún momento, su brazalete se cayó al suelo y cuando quiso intentar regresar a buscarlo, se lo negaron.

"Perdí algo, ahora vuelvo." Black estaba por entrar corriendo cuando Gram lo sostuvo del brazo. "¿Que haces? ¡Sueltame!"

"¡Black! ¿Estas loco? ¡La casa esta en llamas!" Gram lo regaño.

"¿Y a mi que carajo me importa? Mi brazalete se cayó, tengo que ir a buscarlo." Black se soltó bruscamente y Yok se puso frente suyo.

"Black, es peligroso, yo puedo hacerte otro brazalete si quieres más tarde. Cálmate." Yok bloqueo en paso cada vez que Black quería rodearlo.

"Black, solo es un ridículo brazalete, pero si quieres ir y matarte, hazlo." Sean rodo los ojos, apoyado contra un árbol.

Black apretó los puños con rabia. ¿Ridiculo brazalete? ¡Su hermanito lo hizo! Nada que haga White es ridículo.

Iba a matar a Sean.

"¿Ridículo? Para ti puede serlo, pero para mí no. Ahora dejen de hacer que pierda el tiempo." Black empujó a Yok, solo para que Gram lo abrace por detrás para detenerlo.

Black sabía que entrar era estúpido, su brazalete ya debe haberse incinerado y era peligroso, pero necesitaba regresar y recuperar su brazalete, era lo único que le daba esperanza a que White regrese con él, no podía perderlo.

¿Por que ellos no lo entendían? Tenía que volver y recuperar su brazalete, no quería que sus esperanzas y su promesa se quemen con los trozos de hilo viejo.

Otra mitad.Where stories live. Discover now