Me miró al espejo una última vez, estoy cansada pero gracias a la pequeña capa de maquillaje que aplique sobre mis ojeras y al brillo labial rosado que llevo puesto parezco tan fresca como un pan recién salido del horno.
Si, pésimo ejemplo pero se entendió ¿verdad?
Antes de guardar mi celular leo el mensaje de que Kale.
"Ya llegue, ¿Tú donde estas?"
Al final habíamos quedado en organizar una juntada o una mini fiesta, como quieran llamarlo, en casa de Brandy quien prácticamente me había rogado que invite a Kale. Ya que según ella no podía porque no tenía su número.
Ja. Excusas. Ella no quería invitarlo porque tenía vergüenza. Fin.
"En veinte minutos estoy."
Respondo, guardo el celular en mi bolsillo y entonces abro la puerta del departamento olvidando por completo que tenía a Erre a mis pies por lo que en cuanto vio la puerta abierta salió corriendo como una liebre hacia afuera.
— ¡No! Vuelve.
obviamente no me presta atención y continúa corriendo.
Cierro rápidamente la puerta con llaves y corro a buscarlo, está varios escalones abajo por lo que intento llamarlo con un tono amigable.
— Erre, vuelve aquí.— lo llamó y entonces él pareciera entenderme así que moviendo su colita se acerca, aprovecho y lo levanto en brazos— No puedes hacer eso, ¿quieres que nos quedemos en la calle?— Lo regaño.
Miro para ambos lados, no hay rastros de personas así que suspiro aliviada.
— Muchas gracias, señora kat. El próximo mes pasará mi hijo a buscar el dinero.— la voz del señor Cooper me deja congelada.
¡Carajos! Esta a punto de bajar las escaleras, había venido por el dinero de la renta.
Comienzo a bajar con rapidez, él no podía verme con el cachorro allí, ese sería nuestro fin y no estaba dispuesta a quedar en la calle.
Cuando llegó a la puerta principal del edificio veo a una de mis vecinas caminar hacia la entrada para a ir a su apartamento. Respiro con tranquilidad y me repito a mi misma que todo saldrá bien, le doy la espalda a la puerta y decido ir por la puerta de emergencia que esta del otro lado.
— Voy a matarte, Erre. ¡Mira todo lo que causaste!— lo regaño y él solo mueve su cola— Esto no es gracioso.
Al llegar a la puerta de emergencia intento abrirla pero esta cerrada con candado del lado de afuera.
¿A quien demonios se le ocurre cerrar la puerta de emergencia con candado?
—¿Hola? ¿Quién anda ahí?— dice el señor Cooper. — No pueden estar aquí.
Miro para todos lados buscando un lugar donde esconderme y entonces veo la luz en la oscuridad. Hay una ventana ligeramente abierta así que salgo por allí y comienzo a correr, Erre comienza a ladrar y entonces miro hacia atrás.Tierra trágame y escúpeme en el país de las maravillas.
Detrás de mi, corriendo a toda velocidad viene un perro gigantesco color negro, ladra con enojo mientras muestra sus dientes grandes y terrorífico.
—¡Fuera!— grito sin detenerme.
El perro aumenta la velocidad y sus ladridos se escuchan más cerca. ¡No quiero morir!
Cruzo la avenida sin mirar, varios coches tocan bocina pero no me detengo el perro todavía esta detrás de nosotros. Erre comienza a ladrar y yo lo pego aún más a mí pecho, él estaba tan asustado como como yo.
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Besos sobre tu tumba
Teen FictionSavannah Miller; egocéntrica, reina del baile, capitana del equipo de porristas y un sin fin de calificativos que llevan a lo mismo. Una perra que se cree más que nadie. Ryan Black; la víctima preferida de Savannah, la palabra imperfección es la que...