capítulo 27

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Kale y Brandy me ayudan a guardar las últimas cosas en las cajas. No había aceptado bajo ningún término vivir en la casa de Ryan pero ahí estaba Kale, preocupado por donde demonios iba a meter mi cabeza y la cabeza de Erre.

La casa de Brandy no era una opción ella le había dado un lugar a Owen y a su hermana para vivir, si el lugar ya era demasiado pequeño para tres personas imagínense una cuarta con un perro.

Al cabo de dos horas ya está todo en cajas, el departamento está vacio. Brandy se ha ido porque debía entrar temprano al trabajo y se despidió con un "te veo más tarde".

— Vamos.— insiste Kale.

— Ya te dije que no.— le recuerdo— No voy a vivir en tu casa, Kale.

Toda la situación me estaba poniendo de los pelos, el departamento no tenia tantas cosas pero aun así eran varias cajas a las que le debía buscar un lugar.

—¿Y donde piensas quedarte?

— No lo sé.

— Por culpa de mi hermano estás donde estás, jodelé un poco la vida.

—¿Que le joda la vida más de lo que ya lo hice?

Kale sonríe, sabe a la perfección a lo que me refiero. La vida de Ryan había estado por muchísimo tiempo jodida y yo había sido la culpable de tal cosa, así que no, no pensaba "Joderle la vida".

— Mi abuela no tendrá problemas en que te quedes una semana o el tiempo que necesites, Sam.

Levanto la vista de una de las cajas mientras me ruborizo ante el recuerdo.

<<—¿Por donde demonios voy a salir ahora?

El rostro de Ryan adquiere un color rojo intenso mientras contiene la risa.

Claro, para él está situación era algo gracioso.

—¡No seas imbécil y ayúdame! —gruño y eso hace que suelte una pequeña carcajada.

— Estás haciendo mucho espamento, solo sal por la puerta, pelirroja.— sus ojos me miran con diversión como si toda esta situación fuese una película cómica.

—¡No puedo salir así!

—¿En bikini? — pregunta mientras sus ojos bajan por unos instantes a mis pechos pero rápidamente aparta la mirada.

Me tapo la cara con ambas manos, esto se iba a poner incómodo.

—Te dije que debía cambiarme antes, ella va a creer que... Que...— dejo la frase inconclusa, no podía utilizar la palabra "sexo" en este momento.

— No seas tan dramática y agradece que no es mi madre.

Ryan se pone en pie y me extiende su mano.

— No va a pensar nada, Sam.— me tranquiliza— será peor si no sales. Tu madre hasta llamará a la policía si no te vas ahora.

Me muerdo el labio inferior con fuerza mientras apoyo mi cabeza contra el pecho de Ryan, el me acaricia con dulzura el cabello.

— Además ella sabe que tienes novio.— susurra en un tono bajo.

— ¿Hablaste con tu abuela de mi?

Me separo ligeramente de él para poder mirarlo, es varios centímetros más alto que yo, los granitos han ido desapareciendo poco a poco, aún le quedan algunas marquitas pero su piel está casi cien por ciento libre del acné que por tanto tiempo lo atormentó y le causo inseguridades.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora