𖥻˖ ݁ . 𔘓 ؛𝘵𝘢𝘦𝙠𝙤𝙤𝙠 ﹔ 𓆸│ꗃ Del paraíso utópico que habían compartido por veinte años no quedaban más que recuerdos, de vez en cuando Jungkook se sentaba en la arena a escribir sus nombres, pero por alguna razón el mar siempre borraba el de Ta...
Jungkook pasó una vez más aquél pequeño trapo por la copa de vidrio en sus manos, con su mente en otro lado, buscaba borrar cada marca, cada huella.
Quizás ese acto tan insignificante de alguna forma aliviaba aquél dolor que lamentablemente no podía borrar, esa marca en su corazón que se había instalado sin querer hace ya cuatro años, esa huella atada a un daño que lentamente lo consumía.
Volvió su vista al bar, bastante calmo y vacío. Jimin acomodaba las copas ya secas a su lado, y aunque siempre se habían contado todo, el silencio reinaba en el ambiente que compartían.
No hablar se había vuelto una costumbre después de aquél incidente que había cambiado totalmente al castaño.
El reloj marcó las 6:00 P.M, el sol pronto empezaría a esconderse y Jungkook sabía que con ello tendrían más clientes, era viernes, y los viernes por la noche el único bar a orillas de la playa de Malibú reunía a las personas luego de una larga semana atareada.
—Jungkook.—dijo el rubio suavemente, captando la atención de su mejor amigo, quien ni si quiera apartó la vista de su copa, la que había estado limpiando hace más de cinco minutos.
—¿Me cubrís? Quiero salir a tomar un poco de aire fresco, no tolero el olor a humo y alcohol.
Jungkook simplemente asintió con la cabeza, Jimin se preguntó como todas las veces que lo veía así, en qué momento su mejor amigo se había vuelto alguien tan corto de palabras, tan pobre de sonrisas.
Salió afuera sin querer pensar más en ello, a veces, también se sentía estresado por no haber llegado a nada después de tantos años conteniendolo, pero él no era tan egoísta, para Jungkook no era fácil y él lo entendía perfectamente.
Por otro lado, Jungkook finalmente se rindió tratando de limpiar esa marquita en la copa de vidrio, quizás era un pequeño quiebre interno que por mucho que quisiera, era imposible de tapar.
Dejó la copa en su lugar, y como si no tuviera en qué más pensar, sacó de su billetera una foto, bastante arrugada y antigua, pero que nunca perdía ese efecto.
Sonrió con melancolía mientras acariciaba el fino papel. En algún lugar de su cabeza se perdió en ese día, en ése Malibú.
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Febrero del 1982, Malibú California..
—Y bien, ¿qué opinas?
Taehyung acarició suavemente la madera de la mesada con sus dedos, caminó hacia la gran ventana y observó la increíble vista al mar.
—Quedó preciosa yo...no entiendo.
—¿Qué no entendés?
—No entiendo cómo la conseguiste, estaba completamente abandonada, además, ¿en qué momento hiciste todo esto?
—Bueno yo...tuve mucha ayuda de Jimin. Su papá dió con el dueño original y logró convencerlo con descuentos en el bar.—Taeyung rió con lo último y se acercó a su novio, se fundieron en un cálido abrazo.
