Capítulo 11

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Tomé prestada la camioneta de Charlotte para ir con Louis a buscar a Olive de su casa, pues era viernes por fin.
No fue un día muy agitado, como siempre por la tarde había ido con Olive a visitar a Miles y a Mike, charlamos un rato y hasta merendamos juntos. Luego acompañé a Olive a su casa y más tarde fui a retirar el traje de Louis y mi traje de gala para la fiesta por la noche.
Louis ya se encontraba mucho mejor, aunque caminaba con la ayuda de una muleta, él se veía más que bien.

—Por dios, estoy guapísimo—dijo mirándose al espejo, pasando su mano por su peinado al estilo Elvis Presley. —Es una lástima que las nenas no vayan a poder disfrutar de estas vistas—se señaló a sí mismo.

—Sabes que puedes entrar también, ¿no? —le recordé.

Él asintió. —Sí, pero trabajaré mejor desde la camioneta, además—añadió—la fiesta se hace todos los años, puedo entrar el año próximo.

—Como tú quieras—acepté, sacando mi teléfono del bolsillo de mi pantalón. —Toma—le dije, dándoselo—Dile a Olive que estamos llegando.

—De acuerdo—tomó el aparato y comenzó a escribirle.
—Debería bajar para hablar con su mamá, ¿no crees? Para decirle que Olive estará bien.

Louis me miró burlón. —Ella te gusta tanto que ya quieres conocer a su mamá.

—Joder—murmuré—su mamá no me conoce y Olive estará toda la noche fuera de casa, debería decirle que la mantendré a salvo.
 
Pero claro que quería conocer a su mamá.

—Bueno, tienes razón—reconoció—pero sé que también la quieres conocer por eso.
 
Por eso.
 
Una vez aparcada la camioneta enfrente de la casa de Olive, me desabroché el cinturón de seguridad y abrí la puerta como para bajar, pero Louis me agarró del brazo antes para decirme algo.

—Las chicas generalmente suelen tardar en arreglarse, si Olive sigue en eso, no te sorprendas y solo espérala tranquilo y pacientemente.

—De acuerdo—solo le dije y bajé de la camioneta.
 
A pasos seguros caminé hacia la entrada, llamé a la puerta y la mamá de Olive me recibió.

Ella se veía tal como Olive la había descrito: “Cuando la ves por primera vez, piensas que parece una persona bastante amable y cariñosa, te da la impresión de que será tu persona favorita. Ella es realmente una persona formidable”.
 
—¡Hola! He escuchado mucho de ti—¿había escuchado mucho de mí? —, estoy tan feliz de conocerte en persona—dijo mientras se acercaba a darme un abrazo. Un abrazo que devolví.

»Olive ya está lista, está en la cocina tomando limonada, ¿quieres pasar? —y antes de responder, ya me había estirado hacia el interior de la casa y llevado a donde estaba Olive.
 
Ella estaba tomando limonada, mirando el interior de su frigorífico.

Su mamá negó con la cabeza.
—No tiene remedio, siempre mira el interior del frigorífico como si fuera una obra de arte a la que admirar, creo que es como uno de esos tics nerviosos de los que tanto se hablan.

—No es un tic, solo me gusta mirar lo que hay dentro del frigorífico—dijo Olive girándose hacia mí.
 
Nos miramos a los ojos tan instantáneamente, que creí que nos habíamos conectado. Que nos habíamos comenzado a sincronizar. Armonía.
 
Parecía haber ido a la peluquería, se habían renovado sus trenzas, pues ya no se veían los cabellos salidos y rebeldes que antes estaban. Ciertamente me gustaba mucho como le quedaban las trenzas africanas. La hacían ver muy ella.
No tenía mucho maquillaje, se había puesto rímel, se había delineado los ojos y tenía puesto un labial brillante que hacía ver a su boca más atractiva. Llevaba puesto un vestido largo y liso—que me recordó al modelo que usó Andie (Kate Hudson) en la película Cómo Perder A Un Hombre En 10 Días, el vestido amarillo oscuro con bordados dorados—de un color azul cerúleo que le sentaba bastante bien.
Olive se veía sencilla, se veía preciosa. Muy atractiva.
 
—Louis dijo que tardarías en arreglarte—le comenté, saliendo de mis pensamientos. —Dijo que las chicas tardaban mucho en arreglarse.

Olive se rió. —Es el problema de muchas chicas, pero no el mío. La cosa es que, ellas se tardan en arreglarse porque lo hacen tarde—me explicó y todo cobró sentido— a último instante, cerca de la hora—agregó.

—Por eso tú estás lista, porque comenzaste a arreglarte temprano—asentí, entendiendo.

Olive me sonrió. —Así es, Pierre. La diferencia entre esas chicas y yo, es que a mí no me gusta hacer esperar a una persona.

—Es un gran gesto Olive, pero no tendría problema con esperarte nunca.

La mamá de Olive juntó sus manos con entusiasmo, llamando mi atención.

Ella me sonrió. —Ay dios, eres tan caballeroso, —suspiró— quisiera tener un novio—agregó, mientras salía de la cocina.

Olive y yo nos miramos divertidos por ello.

—Gracias, pero me gusta ser puntual—me respondió a lo de antes—es mi fuerte.

—Debe serlo—le creí.

—Vengan chicos, voy a tomarles unas fotos, se ven tan lindos que siento que debería capturar este momento—dijo la mamá de Olive, enseñándonos una cámara.

Llamé a Louis para salir en las fotografías también.

—Las fotos están muy buenas Margaret, ¿me las puedes enviar luego? Te daré mi número—le dijo Louis a la mamá de Olive. Apenas se habían conocido y ya eran mejores amigos.

—Claro, te las enviaré cuando las pase al ordenador—le respondió ella.

Luego Louis nos miró a Olive y a mí.
—Oye Margaret, vamos a tomarle una foto a Pierre y a Olive—le dijo este muy bajo para que no escuchásemos. Pero si yo lo hice, Olive también.

—Claro—le respondió ella en el mismo tono. —Chicos, pónganse juntitos que les voy a tomar una bonita foto. Pierre, pasa tu brazo por los hombros de Olive… ¡no! Mejor por la cintura, sí—nos indicó.
 
Lo haré si Olive quiere.
La miré.
Ella asintió.
Sí quería.
Pasé mi brazo por su cintura.
Ella sonrió.
Yo sonreí.
Clic.
 
 

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Fiel A Ti [BORRADOR TERMINADO]Where stories live. Discover now