Introducción

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En algún momento...

Cristian.

Mi cuerpo se muestra tenso debido al conflicto y a la desesperación que se siente debido a lo que está sucediendo. La familia de Anheli grita alrededor, mientras intento mantener a la mía al margen de la pelea que se está dando entre la castaña y los Lombardi.

Camilo tiene a Anheli en la mira, pero su visión es interrumpida ante la barrera que provoca Dante contra su padre. La discusión se hace más grande y peligrosa. Los insultos y gritos incrementan con la ferocidad con que los sueltan.

Noto la manera en que Anheli sostiene la zona lateral de su torso luego de recibir un golpe por parte de Camilo. Mi mandíbula se endurece cuando diviso su labio sangrar y quiero ir hacia ella, pero los hombres de Lombardi me tienen sujeto.

Ángelo se mete cuando ve a Anheli no poder mantenerse de pie ante el dolor en su abdomen. La abraza y la protege de todo aquel que intente hacerle daño, incluso sabiendo que tienen a la castaña en la mirada de cinco armas a su alrededor, que cualquier orden de Camilo podría generar que se jale el gatillo y dejar sin vida al amor de mi vida.

—¡Esta guerra siempre ha sido entre nosotros, Camilo! ¡Dejemos a nuestras familias fuera de esto! —grita el padre de la castaña en su último intento de hacer entrar en razón al hombre que alguna vez fue su amigo.

La risa despectiva de Camilo me pone más nervioso, porque sé muy bien que no dará su brazo a torcer ni que cambiará su opinión sobre hacer sufrir a la persona que le quitó la oportunidad de ser feliz, incluso cuando no tuvo la culpa de ello.

—¿Familia? ¡¿Mi familia?! ¡¿Qué familia, Masaveu?! —vocifera con rabia en cada una de sus palabras, despotricando y haciendo notar el odio que tiene contra el castaño— ¡¿Dante?! ¡Hiciste que mi propio hijo se fuera contra mí!

—¡Él no hizo nada, papá! —responde Dante— ¡¿Te sigo llamando así?! ¡Recuerdo que dejaste de serlo desde el minuto que ordenaste mandar a mamá¡

—¡Te estoy dando una familia más fuerte! ¡Amelia podría-

—¡Ella no es mi madre! —grita— ¡Es la madre de Anheli! ¡Y ella tampoco será tu hija!.

La mirada de Camilo se vuelve incluso más peligrosa que antes. Su cuerpo tiembla ante la rabia y pega un grito ensordecedor que obliga a todos a temerle en ese instante.

Con la empuñadura de la pistola que tiene en mano le atina un fuerte golpe a Dante en la sien. La fuerza que utiliza logra que el italiano caiga al piso y se tuerza de dolor desorientado.

El arma se dispara contra la pierna de Ángelo, y escucho el grito de Amelia con Nikolái al verlo caer, dejando a Anheli desprotegida.
Mi grito se une a todos los demás cuando veo a Camilo dirigir el arma al rostro de la castaña.

—¡Déjala en paz! —espeto, desgarrando mi garganta.

La mandíbula de Anheli tiembla, sin embargo, nunca se atreve a bajar la mirada.

—¡Bájame la mirada, puta de mierda! —grita Camilo.

Ella no responde, pero tampoco cede a su petición.

La conocí como una mujer que no se dejaba pisotear por nadie, aun cuando eso provocaba poner su vida en peligro. Anheli Masaveu siempre mantiene la cabeza alta y es justo lo que hace en ese momento.

Alza el mentón dejándole en claro a Camilo que no le tiene miedo.

—Jala el gatillo —aclara.

—¡Anheli, no!

—¡Jala el gatillo y muestra que tienes los cojones para hacerlo! ¡Demuestra que eres el hijo de puta más grande de todos los tiempos!

—¡No me retes!

—¡Anda, hazlo!

Intento zafarme de los escoltas de Lombardi, pero es imposible. Ángelo se mantiene en el suelo luego de hacer amenazado a que no se ponga de pie. Mi mirada se clave ante el rostro de Anheli. Sus ojos tan celestes como el cielo se fijan en mí. El brillo en ellos debido a las lágrimas dice todo lo que no tuvimos tiempo a soltar en voz alta.

Percibo su amor. Su amor por mí, por nuestras familias, por nuestros hijos. Percibo su adoración y su valentía por querer terminar todo esto. Percibo su temor y su decepción por tener el final que no queríamos.

Percibo todo de ella y duele.

Duele al pensar que no lo sentiré nunca más.

—Por favor... —murmuro hacia ella.

Sus labios se mueven y entiendo un "Te amo, cielo" de ellos.

Su mirada vuelve hacia Camilo.

—Termina esto y deja a mi familia en paz.

Su sonrisa es lo que termina por escribir el final de todo.

—Tus deseos son mi placer, principesa.

Sólo basta un segundo.

Sólo uno, para que todo el bullicio alrededor desaparezca.

El sonido del disparo es lo único que se oye y con ello, el grito más desgarrador sale de mi garganta haciéndola doler. Un cuerpo cae y siento que mi corazón se rompe, se destruye.

Todo lo que creímos que sucedería al crear nuestras reglas, falló.

Y el dolor vivirá por siempre en consecuencia a ello.


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Nota.

Volvimos, Martha. Y aunque me odien sólo les dejaré esta introducción para que hagan teorías, lloren y sufran. Gracias.

No les diré cómo es el capítulo 01 porque está muy 🥹❤️‍🩹🫣😭💀 así que pronto lo publico. Para que estén atentas, aviso por mis redes.

Twitter: @/claudiavoid
Instagram: @/claudiahuaman4

Una vez más, bienvenidas y un saludo final a Cristian y Anheli que aquí termina su historia🤍.

Creando nuestras reglas #3 © | En cursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora