□Capítulo 12□

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-¡¿Y qué querías que dijera?! ¡No podía hacerme responsable de lo que te pasó, yo no tenía ni idea de a donde fuiste, y aún así quisieron interrogarme! ¡No me quedó mejor opción que decir la verdad! - se defendió Jack mientras gritaba por los pasillos del instituto.

-Te dije que hables más bajo, no todos deben enterarse de nuestra conversación. - contesté serio.

-Fuiste un completo estúpido, Cinco - dijo ignorando lo que le había dicho. - ¿Qué hacías a altas horas de la noche en aquel callejón? ¿Cómo se te ocurre quedarte inconsciente en medio de un callejón oscuro?

-Créeme que no es lo que parece...

-¡¿Ah no?! ¡Pues la policía no dice lo mismo!

Me quedé callado, debatiendo conmigo mismo. ¿Debía decirle la verdad? ¿O solo quedarme callado y ocultarle a mi mejor amigo todo lo que había sucedido?

-La policía no tiene ni idea de todo lo que me pasó.

-Ok, haré como que me interesa. ¿Qué te pasó esta vez, Cinco? ¿saliste a altas horas de la noche para vivir una aventura como la de esa estúpida serie?

-Sí... algo así...

Lo único que hizo fue dedicarme una risa sarcástica y luego siguió caminando por los pasillos.

-¡Tienes que creerme! - dije corriendo para alcanzarlo.

-¡PUES NO LO HAGO! ¡NO TE CREO, CINCO! ¡ESTÁS LOCO!

Bajé mi mirada hasta que acabó fija en el suelo, mientras que Jack seguía caminando hasta salir del instituto y emprender su camino hacia su casa.

No podía creerlo, mi mejor amigo no confiaba en mí... me trataba como un completo demente... Pero, ¿y si tenía razón? ¿y si realmente estaba loco? Como ya dije anteriormente, no tengo pruebas de que lo que viví fue cierto... Tal vez estaba comenzando a obsesionarme tanto con aquella serie que mi mente creaba escenarios falsos y me hacía creer que todo era real...

Caminé hacia mi casa pensando. Debía averiguar que pasó realmente, y no pararía hasta descubrirlo.

[...]

-Llegas 2 minutos más tarde que ayer - dijo mi madre mirándome seria.

Al igual que los días anteriores, mi madre había estado esperándome en la entrada de la casa.

-Caminé un poco más despacio, eso es todo - dije serio mirando al frente.

Sabía que ella aún estaba enfadada, y si la miraba, estaba seguro de que iba a fulminarme con la mirada, haciéndome sentir muy culpable. Por eso, esos últimos días traté de pasar el mínimo tiempo con ella y evadir todas sus miradas.

Rápidamente, subí a mi habitación y saqué el viejo ordenador. Todo comenzó con esa estúpida chatarra, ¿no? Entonces debía averiguar si podía volver a través de ella.

Revisé todas y cada una de las partes de ese ordenador, buscando alguna pista que pudiera ayudarme a averiguar como volver. Pero no, no había nada ahí, solamente el estúpido polvo que se había acumulado después de tantos años sin ser sacado del armario.

-Mierda... - caminé en círculos demasiado estresado.

Solo me quedaba una manera de descubrir lo que quería. Era demasiado arriesgada, pero si funcionaba, estaría eternamente agradecido conmigo mismo por tomar aquella decisión.

[...]

Eran las 11:30 pm, abrí lentamente la puerta para no hacer ningún ruido. Comencé a caminar por el largo pasillo hasta llegar a la habitación de mi madre. Abrí un poco la puerta, debía asegurarme de que estuviera dormida. La miré desde fuera, pude ver que dormía tranquilamente.

Seguí caminando hasta llegar a la entrada de la casa. Agarré la llave y abrí lentamente la puerta. Cuando conseguí salir de la casa, comencé a correr, corrí lo más rápido que pude, hasta llegar a aquel callejón.

Entré rápidamente y miré en todas las direcciones, buscando al hombre con el que me había reunido noches antes. Pero mis esperanzas se desvanecieron rápidamente, no había nadie allí. Mis puños se apretaron por la impotencia que sentía, ¿qué se supone que debía hacer ahora?

-¡ESTO ES UNA MIERDA! - dije para luego patear una cubeta, haciendo que toda la basura acumulada dentro se esparciera por el suelo.

-Wow, calma... - escuché una voz tras de mí.

Un cuento que nunca pasó {Cinco y tú}Where stories live. Discover now