Mi Rayo De Luz (Shinazugawa Sanemi)

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KUWAJIMA NOZOMI

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Narradora Omnipresente

Han pasado algunos años y la pequeña Nozomi tiene la hermosa edad de 13 años durante estos años se ha dedicado a entrenar hasta perfeccionar las posturas de la respiración del rayo perfeccionando así las 6 posturas de esta.

— ¡Vamos Nozomi! ¡Has hecho esto varias veces una vez más! -le dijo a la chica que estaba de rodillas- ¡No te rindas ahora!

— Ya-ya no puedo -su respiración era entrecortada- No-no lo lograré.

— Estas aun paso de perfeccionar tu propia postura, no te rindas ahora pequeña -este se acerco a ella- descansa un poco iré por un poco de agua por ti -ella asintió.

— Gra-gracias sensei -sin más se dejo caer sobre la fresca grama- Debo hacerlo, estoy cerca de lograrlo -susurro- No puedo decepcionar a Sensei -de la nada recibió un golpe en la cabeza- ¡Auch! ¡Por que hiciste eso Abuelo! -se sentó y vio con mala cara al hombre.

— Aunque no logres perfeccionar o crear tu propia postura yo siempre estaré orgulloso de ti Nozomi -se coloco a su altura- No vuelvas a decir que me decepcionaras se que nunca lo harías, entendido?

— Si... Sensei -sonrió de lado.

— Bueno eso todo por hoy, ve a descansar -ella asintió- mañana es el gran día.

— La selección final, me da un poco de miedo -ambos caminaron hacia la vivienda-

— No debes tener miedo hija, se que será difícil e incluso te de miedo, pero no dejes eso te domine, tu entrenamiento es una cosa, el enfrentarte ver a un demonio es totalmente distinto.

— Si estoy segura de eso, no se si pueda lograrlo -deslizo la puerta para poder entrar-

— Se que lo conseguirás, no permitas que tus pensamientos y emociones negativas te dominen, tu debes dominarlas a ellas, de acuerdo?

— Si -le sonrió y abrazo- Gracias abuelo -el le correspondió a abrazo-

—Gracias por qué? -se separaron.

— Por cuidar de mi y confiar siempre en mi.

— No tienes nada que agradecer, tu le diste color a mi aburrida vida, ahora ve a ducharte haré la cena y luego a dormir que mañana debes partir temprano.

— Si.

Nozomi se fue a su respectiva habitacion buscando todo lo necesario para poder tomar una tranquila ducha, luego de varias minutos salió del baño, secando su cabello, vistiendo una simple yukata para dormir, se dirigió al comedor donde estaba ya servido todo.

— Siéntate hija -ella obedeció.

— Gracias por la comida -junto ambas agradeciendo- durante esos 7 días extrañare mucho tu comida abuelo.

— En la montaña deberás encontrar tu propia alimento, debes ser muy cuidadosa, no debes confiarte, con tu sentido de audición podrás saber cuando estén cerca.

— A veces no están lindo tener mi oído super desarrollado sobre todo cuando me obligas a despertarme.

— Eso es una gran ventaja no todos tiene esas habilidades, muchos tienes otros sentidos desarrollados.