lonely ; lee jeno. (✓)

2; SCHOOL

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「 ⠀school. ⠀」
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Antes de conocerse, Minjun y Jeno habían estudiado en escuelas distintas. Las madres de ambos, aprovechando el inicio de su nueva etapa, cedieron – después de muchas súplicas por parte de ambos chicos – a matricularlos a los dos en un mismo lugar; eso más adelante les causaría dolores de cabeza, pero por ahora, era mejor dejarlo ser.

Ahora ellos – junto a sus madres – estaban aprovechando las vacaciones para comprar los nuevos uniformes que ambos tendrán que utilizar.

— El uniforme es muy lindo — reconoció la chica mirándose al espejo. Era algo tan simple como una falda y un chaleco encima de una camisa, pero ella se impresionaba con cualquier cosa — ¿Qué opinas, Jeno?

El mencionado asomó su cabeza desde uno de los probadores y la miró de pies a cabeza. Puso una pequeña sonrisa que fue capaz de disimular — Pareces una monja — sin darle tiempo para responder, volvió al vestier para abrochar su propio uniforme. Minjun, en un acto de madurez, sacó la lengua en dirección a donde se encontraba su amigo.

— Jeno no miente, cariño — su madre miraba con atención la falda de su hija — Tendremos que cortar un poco el largo.

— Pero te queda lindo — agregó la madre del chico con una sonrisa amable que causaba que sus ojos se vieran tan similares a los de su hijo.

— Muchas gracias, tía. Es gratificante saber que usted tiene valores, no como alguien que conozco — lo último lo gritó un poco para que Jeno la oyera.

Finalmente, el chico salió del probador arreglando sus mangas — Quién te aguanta, Jun-ah — se paró enfrente de ella con una mirada burlesca.

— Tú, feo.

Jeno ignoró el comentario y con su actitud de niño pequeño, modeló hacia el gran espejo que había en el local. Fingió saludar a un público invisible y tiró varios besos.

— Yo, por otro lado, estoy muy guapo — alardeó con un exceso de confianza. Su madre mencionaba lo bien que le sentaba el uniforme y su tía, la madre de Minjun, estuvo muy de acuerdo.

Minjun lo observó algo socarrona, con los brazos cruzados en el pecho — Tienes el cierre abajo, lindo — dijo lo último con tono de burla y se rio al ver que al chico desesperado bajando su mirada para ver si era verdad.

La compra de uniformes fue un éxito al final de la jornada y dos semanas después, estarían enfrentándose al inicio del ciclo escolar.

Estaban solamente en la entrada, pero ya había estudiantes por doquier.

Ambos mejores amigos habían creído que estaban listos para su primer día de clase cuando se despertaron temprano en la mañana. Los uniformes de los dos ordenadamente puestos en sus camas los esperaban para iniciar la jornada y sus madres con sus almuerzos listos los recibieron para despedirlos ese día.

Pero cuando llegaron al edificio supieron que no iba a ser nada fácil. Se habían quedado mirando sus alrededores por cinco minutos y aún no entraban.

Jeno sintió la mano de Minjun agarrando la suya. Volteó a ver a la chica y la pudo notar un poco asustada así que permitió que la sujetara, a pesar de que ya le parecía algo tonto a sus 11 años.