🔹𝐇𝐄𝐑𝐈𝐃𝐀𝐒🔹

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Izuku siguió observando a la nada, sintiéndose extraño por la presencia de su esposo, quien lo había comenzado a tratar de una manera más amable de la noche a la mañana

Comenzó a pensar que tal vez ese era su carácter, pues en las horas que habían estado juntos se mostraba como alguien serio y callado, y que lo hubiera tomado a la fuerza fue por el afrodisiaco y por el egoísmo de sus propias familias

«Quizás no sea tan cruel como Shindo dijo» pensó al no sentir ningún ápice de peligro provenir de él

Desconocía por completo al hombre con quien se había casado, no habían hablado mucho, por no decir que aquella era la primera vez que hablaban como personas normales

—¿Todo bien?— Katsuki le pregunto dirigiéndole una mirada de reojo

—¿No tienes algo más importante que hacer?

—¿Qué quieres decir?— sus palabras sonaban igual, pero sentía que iban dirigidas con odio a su persona, no le haría ni diría nada, pero querían que al menos se llevaran bien, para mantener una paz dentro de su matrimonio a partir de ahora

—No deberías de perder el tiempo conmigo, busca a otro omega— pudo notar como sus ojos perdían aun más brillo —uno que pueda cumplir su papel de omega y ser una buena esposa para ti

—Que mierda... quieres decir

—¡Su alteza!— Kirishima se acercó a gran velocidad a los reyes —Discúlpeme la interrupción, pero se le solicita su presencia en la corte, sus deberes como nuevo rey deben ser cumplidos

Katsuki miro mal al pelirrojo, trono la lengua y se levantó; le extendió la mano a su acompañante, quien la tomo de forma mecánica y fue levantado con cuidado

—Lleva a Izuku al castillo, dale algo de comer y que las sirvientas se encarguen del resto

───────⊰·•·⊱───────

Kirishima cumplió al pie de la letra las ordenes de Katsuki, escolto al menor a la cocina para que comiera ya que pasaban de las dos de la tarde, y dada la hora imaginaba que el omega tendría hambre

Pero se extraño al verlo comer solo una pequeña porción de arroz y carne, acompañada de jugo de uva, menos de lo apropiado para cualquier persona 

—¿Seguro que no comerá más Majestad?— Kirishima se acercó —no se preocupe por la comida, lo importante que usted este satisfecho

—Estoy bien, gracias— se levanto y salió del comedor para encontrarse con sus damas de compañía —¿puedo ir a mi habitación?

—Majestad— se sintió repentinamente incomodo, un escalofrió recorrió su espalda al sentir la fría mirada de Izuku en su persona —usted no debe pedir permiso, solo ordénelo

Izuku hizo una reverencia y comenzó a caminar detrás de las chicas, quienes insistían que caminará por delante, pero en cada insistencia agachaba más la cabeza

Al llegar a su habitación nuevamente pidió estar solo, las chicas no sabían que hacer para que la nueva reina se sintiera cómodo en el castillo, pero tampoco podían obligarlo a hacer algo que no quería  

—No quiero salir más, así que pueden irse

Las chicas lo miraron con lastima, sienten que su sola presencia lo incomoda así que solo dan una reverencia y se marchan, Izuku camino hacia su armario para buscar algo para vestir con algo más cómodo

Se quito las joyas, reemplazo el vestido por una bata blanca que le llagaba a sus pies ya descalzos, paso su mano por su rostro y camino hacia el baño, necesitaba limpiarse el rostro ya que el maquillaje comenzaba a picarle en la piel

Mojo un poco el paño y lo paso con agresividad en su piel, a pesar de sentirse aliviado no puede evitar sentirse aun incomodo, al salir del baño se recostó en la cama y observo fijamente el techo; es de piedra cincelada, igual que todas las habitaciones e igual que todo el castillo e igual que todo el reino

Estiro su cuerpo hasta que sintió la almohada de su pareja, se giro para verla y por mero instinto la jalo y escondió su rostro, la olfateo tratando de distinguir los aromas; algo muy similar a las sales espumosas, sudor y algo de polvo, pero nada más, sin importar que tanto lo intentara no pudo percibir nada

—Oi, si querías mi aroma debiste haberme llamado— a sus espaldas escucho la voz de su esposo

—Creí que era la mía— soltó la almohada y gateo hasta su lugar en la cama —descanse su Alteza— inclino su cabeza ante él y se arropo hasta la cara con las cobijas 

—Oi— el rubio le quito las sabanas con la intención de que Izuku se molestara —no hemos terminado nuestra conversación

El menor sólo se quedó ahí, mantenía los ojos cerrados y su expresión era tan tranquila que parecía estar muerto 

—¿Puedo decir no?— murmuro con suavidad

—¿Por qué mierda siempre pides permiso?— Katsuki se puso sobre él impidiendo que se moviera —Tal vez tu padre te haya metido mierda en tu cabeza, pero aquí eres mi esposo y tienes tanta autoridad como la tenga yo— no era él quien hablaba sino su alfa, el cual ya no soportaba ver de esa forma a su pareja

—Usted y yo sabemos que no es cierto— abrió los ojos y nuevamente se sintió incomodo —usted pertenece aquí y tiene a muchas personas que le quieren, y yo no pertenezco a ningún lugar y no tengo a nadie... he perdido todo lo que tenia... pero usted tal vez pueda cambiar eso 

—¿Qué quieres decir?

—Si marca a alguien más nuestro lazo de romperá, los dos estaremos bien, usted tendrá a una buena esposa y yo moriré, me reuniré nuevamente con él... yo volvería a estar bien

—¡No pienses que yo hare una mierda como esa!— Katsuki esta furioso, pues el omega no solo se hiere a si mismo, sino que su alfa también agoniza al sentir su dolor —no voy a marcar a nadie más

—Es lo mejor su Alteza— Izuku cerro los ojos y aspiro con fuerza, nada, no podía oler a su esposo —si se desase de mi será lo mejor para ambos, yo podría morir finalmente y usted podrá casarse con alguien que ame

Las lagrimas comenzaron a caer nuevamente por sus mejillas, más sin embargo, una débil sonrisa se dibujo en su rostro al pensar que su vida finalmente llegaría a su fin, y Katsuki fue capaz de percibir su alegría, y se estremeció al saber a que se debía

OJOS VACÍOS //KATSUDEKU//Where stories live. Discover now