𝙛𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖 𝙖 𝙛𝙪𝙩𝙪𝙧𝙤

437 38 2
                                    


Había sido un largo día de trabajo, pero ya ambos se encontraban en casa, disfrutando de un viernes de películas en su sala, recostados sobre su sofá y comiendo palomitas. Era el turno de Donghyuck para escoger la película, adoraba las de acción, pero no le estaba prestando demasiada atención, su mente divagaba y su mirada se perdía en el perfil del mayor, quien estaba muy concentrado en la trama y no quitaba la mirada de la pantalla, tampoco dejaba de comer palomitas.

—¿Te imaginas a nosotros como padres? —preguntó el moreno de la nada, obligando al mayor a dejar de lado lo que veía.

—¿A qué viene la pregunta, cielo? —puso en pausa la película.

El menor encogió sus hombros, sin mirar directamente a su pareja.

—No lo sé, solo se me vino a la cabeza...

—Pues, sería algo... raro. Supongo.

—¿No te gustaría tener hijos? —inquirió con algo de preocupación en su voz.

—No es eso, es solamente que no me he puesto a pensarlo. En un futuro, sí me gustaría tener —comentó lo último con algo de duda.

—Pero, yo no puedo darte hijos —su voz había salido algo quebradiza.

El mayor rápidamente se acomodó en su lugar y miró fijamente a Donghyuck, sabía hacia donde iba esa conversación y no quería tenerla, para él también era difícil, y no era la primera vez que tocaban ese tema, aunque siempre lo ignoraban.

—Lo sé, Hyuck. Pero eso no me molesta, hay otras opciones, yo seré feliz siempre y cuando esté a tu lado-

—A veces desearía no ser yo...

Solitarias lágrimas caían de los castaños ojos del menor, el canadiense se alarmó al ver a su pequeño llorar, rápidamente lo abrazó fuertemente y repartió unos cuantos besos sobre su cabeza. Lo alejó de sí, y acarició sus hombros, para luego secar las amargas lágrimas con sus pulgares.

—Ya, bebé, no quiero que llores y mucho menos que digas eso.

—Pero, Mark, sabes que adoro a los bebés... —sollozó el castaño.

—Mírame, por favor.

El menor le obedeció.

—Te amo, muchísimo. Te amo por quien eres, eres único, amor. No quiero que te pongas mal por esto, quizás si en algún momento deseamos formar una familia; no será de la forma convencional, pero no me importa como sea, la quiero contigo —el menor volvió a derramar lágrimas al escuchar las palabras de su pareja.

—¿Lo dices en serio? —Mark tomó su rostro y lo acarició con cariño.

—Por supuesto que sí, cariño.

El moreno sonrió con sus mejillas húmedas y su nariz colorada, abrazó nuevamente al canadiense y le propinó un beso en los labios.

—Te amo demasiado, Lee Mark.

—Yo te amo más, Lee Donghyuck.

Luego de volver a secar el rostro de su pequeño y llenarlo de mimos, el menor recuperó su buen humor y con una gran sonrisa continuaron viendo la película.

—¿Te gustaría un niño o una niña? —preguntó el moreno tratando de esconder su sonrisa.

El canadiense volvió a pausar la cinta.

—No tengo preferencia por eso.

—A mí me gustaría tener ambos, me gustaría que la niña se parezca a ti, que tenga tus ojos y tus cejas —de solo imaginarlo, el menor moría de la ternura.

—Y el niño se podría parecer a ti, con ojos castaños, piel bronceada y labios con forma de corazón. Sería muy bonito.

—Y podrías enseñarles a hablar en inglés y serían bilingües, eso les serviría de mucho, sobre todo en la escuela —el menor se sentó de frente a su novio y con una estrepitosa sonrisa hablaba sobre sus futuros hijos.

—Creo que serían algo caprichosos como tú —bromeó el mayor.

Donghyuck intentó fingir estar enojado, pero su sonrisa mal escondida no se lo permitió. Desde pequeño era algo caprichoso con ciertas cosas y no dudaba que sus pequeños futuros retoños podrían llegar a ser como él.

—O podrían ser un pan de Dios, como tú —acotó Hyuck.

—Sería mejor —rio el mayor.

—¿Te gustaría ponerles nombres coreanos?

—No tengo problema con eso.

—Rayos, bebé. Me dejas todo el trabajo a mí.

—Mientras sean nuestros, lo demás no importa.

—Coincido contigo —sonrió el menor.

Luego de una intensa charla, terminaron por apagar todo en la sala e ir al cuarto, donde se acostaron en la gran cama, bajo las colchas y descansaron, abrazados.

El menor no podía esconder la gran sonrisa de su rostro, Mark lo llenaba completamente, era todo lo que estaba bien en su vida y el gran apoyo que siempre le daba, lo volvía el chico más feliz sobre la faz de la tierra. Ahora, más que nunca estaba cien por ciento seguro que si tenía una familia, la quería con Mark, el amor de su vida.





















































☃︎


no veía la hora de actualizar😬

𝘐𝘯 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘮𝘦 𝘏𝘰𝘶𝘴𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Where stories live. Discover now