capitulo 11

28 8 13
                                    

Ella se puso de pie, le tendió la mano a Max, él vaciló, pero luego la aceptó y se incorporó. Por un momento se quedaron de pie, viéndose el uno al otro, hasta que Tessa divisó algo, un poco más allá de donde ellos se encontraban.
Se concentró más y pudo ver que era una casa. "salieron con dirección a la casa de Eveline, en el bosque a las afueras del pueblo" les había dicho Rafael.

— Max — señaló la casa — ¿será esa...?

Max miro a donde ella señalaba, sin comprender nada, luego cayó en la cuenta lo que intentaba decirle.

— creo que sí — miro de nuevo a Tessa — ojalá esté equivocado, lo que es muy poco probable, siempre tengo la razón — ella lo fulminó con la mirada, él no le hizo caso — además, estoy muy seguro que no hay muchas casas en el bosque, mucho menos en las afueras de Ghosttime.

— vamos a ver más de cerca.

Se acercaron a la casa cuidadosamente, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, se quedaron quietos un momento para ver si alguien estaba alrededor o dentro de la casa, al no ver nada, la chica caminó a la puerta de entrada, dispuesta a aventurarse en aquella cabaña desconocida.

— aclárame algo — dijo Max — ¿por qué quieres entrar a la casa de la bruja loca que quiere atraparte?

— porque, puede ser que encontremos algo — ella lo miro tratando de descifrar algo en el rostro de Max — ¿tienes miedo? — pregunto burlonamente — si quieres te quedas aquí. Yo tengo que averiguar lo que pueda de ella. Pollito.

— ¿miedo? no. yo nunca tengo miedo. solo quería aclarar una duda. Nada más.

— vamos entonces — ella corrió la manija de la puerta y se adentró, Max maldijo, pero aun así la siguió.

El interior de la casa estaba lleno de polvo. Había Muebles viejos, sillas de madera, y un viejo caldero puesto en la chimenea. Además, olía a moho. El ambiente se sentía pesado, era escalofriante. Pero Tessa ya había estado aquí antes. Claro, era la cabaña de su sueño.
En la sala había una hermosa repisa, donde se veían fotos en marcos y adornos hechos a mano. Ella se acercó para echar un vistazo.
En una fotografía estaban unas gemelas y al pie de la foto decía " Eveline y Rouse Anderson "  Se quedó con la boca abierta, no sabía que Eveline tenía una gemela.
Miro a Max, que estaba entrando en una de las habitaciones. Siguió revisando, buscando en las gavetas y encontró algo que llamó su atención. Era un libró hecho a mano. Era marrón y en la portada habían escritas unas letras "C y A recuerdos" en dorado. Por lo visto era muy viejo. Antes de poder abrirlo, una voz hizo que Tessa se sobresaltara.

— nos vemos de nuevo brujita — dijo la voz — ya te estaba echando en falta.

Tessa conocía muy bien esa voz, Era Juliam, que había aparecido de la nada y estaba sentado en uno de los muebles.

—  ¿qué ha-haces aquí? — preguntó tratando de sonar segura, pero no funcionó — Max está aquí...

- el joven Lodgood no me asusta — se encogió de hombros — y no va a venir

"¿Lodgood? ¿Ese es el apellido de Max?"

— ¿qué le has hecho? — preguntó tratando de ocultar sus nervios — ¿dónde está Max?

— él está bien, por el momento — afirmó — no podrá escucharnos, porque el sonido de nuestra conversación jamás llegará a sus oídos.

— esta vez no podrás hacerme nada — dijo muy segura.

— no, ya tendremos tiempo para divertirnos — le lanzó un beso — solo vengó a avisarte que tienes unos amigos simples muy encantadores.

Tessa se quedó helada, estaba hablando de Kat y Marcus.

— ¿q-que les has hecho. — pregunto asustada — ¿dónde están?

— ellos están bien — le aseguro — pero no por mucho tiempo, Eveline está pendiente de cada uno de sus pasos.

Tessa se quedó helada, eso significaba que los estaban vigilando.

— solo vengo decirte que tienes seis días para encontrar lo que busca Eveline — se aproximó a ella — Toma — le tendió una cajita de madera — Eveline me ha dicho que te lo de. quiere que la encuentres antes de la luna de sangre y la lleves ante ella...

— no lo haré — para su sorpresa su voz sonó dura.

— lo harás — dijo muy seguro — porque si no, serán tus amigos los que pagarán...

— ¿qué hay dentro? — preguntó agarrando la cajita. Juliam tomo su mano y la acerco a él, rodeándole con un brazo de la cintura y susurro en su oído.

— lo sabrás cuando lo habrás, era de ella, te ayudara a encontrarla — Tessa sentía la respiración de Juliam en su cuello y luego en la mejilla — nos vemos luego Brujita.

Le dio un beso y desapareció. Tessa cayó de rodillas presa del pánico, con la cajita en las manos. Max se acerco corriendo hacia ella.

— Tess — él la tomo de los brazos, la levantó y la sentó en una de las sillas — ¿qué paso?

Tessa suspiró y le contó lo ocurrido, estaba preocupada y asustada, la habían amenazado con lo que más quería, sus amigos; eso no era justo. Ellos no tenían nada que ver en todo eso, eso era jugar muy sucio.

— tengo que ayudarlos...

— y lo haremos lo prometo — dijo Max — ¿no te hizo nada más?

— n-no. — negó con la cabeza — p-pero p-por favor no-no dejes que me haga daño — le pidió ella llorando.

El la abrazó

— nunca dejare que te hagan daño — prometió — así tenga que pelear contra el mundo entero y muera en el intento, aun así, te seguirá cuidando. Jamás permitiría que te hicieran daño.

— y si vo-volvieran a secuestrarme o-o yo m-me voy por mi cuenta y tú no te das cu-cuenta ¿q-qué harías?

Él la abrazo y le dio un beso en la frente.

— si eso llegara a pasar — dijo con sus labios todavía apoyados en su frente — cruzaría cielo, tierra y mar, cruzaría hasta el mismísimo infierno para encontrarte. — pego la frente con la de ella — te encontraría y te traería sana y salva. Lo haría una y otra vez, sin pensarlo Tess... — se le apago la voz — lo prometo.

— gracias — Tessa le dio un beso en la mejilla y lo abrazó, él le devolvió el abrazó.

Se quedaron así un largo rato, hasta que ella decidió que estaba bien como para salir de ahí.

— he encontrado esto — Tessa le mostró el libro - y él me dio esto — le mostró la cajita.

Max frunció el ceño a ver la cajita que le había dado Juliam, la sangre le hervía cada que pensaba en él, cuando tuviera la oportunidad le haría pagar todas y cada unas de las cosas que estaba haciendo.

— yo encontré esta caja — él recogió la caja que había dejado en el piso cuando la levantó — está llena de cartas y pergaminos.

— vamos a la casa — dijo ella poniéndose en pie — necesitamos saber que hay aquí...

— ¿quieres volver? — dijo confundido — pensé que querías irte...

— necesitamos ayuda de todos - ella le sonrió — además, me harían demasiada falta.

Él se levantó y la ayudo a incorporarse.

— así que ya sabes mi apellido — dijo el sonriendo.

— sí, Maximiliano Lodgood — le devolvió la sonrisa.

Recogieron la caja, el álbum, la cajita, y salieron de la cabaña. Todo se estaba iluminando con los primeros rayos del amanecer y ahora el bosque no resultaba tan aterrador.

— ya amaneció — afirmó Max mirando al cielo — será mejor que nos demos prisa, los chicos deben estar preocupados.

Tessa asintió, dio una última mirada a la cabaña de las hermanas Anderson y echaron a andar de regreso a la casa.

Luna SangrientaWhere stories live. Discover now