𝔭 𝔯 𝔬́ 𝔩 𝔬 𝔤 𝔬

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❛ Absence is a house so vast that inside you will pass through its walls and hang pictures on the air

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❛ Absence is a house so vast that inside you will pass through its walls and hang pictures on the air.

ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠ──── Neruda.


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ᅠᅠ Supongo que está de más empezar esta carta con algún vago saludo de mi parte y más aún si desconozco el nombre del receptor de la misma, pero la escritura no lo mío así que buscaré poner en estas páginas la explicación más clara a lo que motivó la obra por la cual me preguntó antes.

Océans Émeraude nunca fue solo un grupo de lienzos en mi galería. La mayoría, aunque usted no lo imaginé, significa poco para mí, pero esos tres óleos en escala de verdes... Me parece que terminaron volviéndose una metáfora de lo que significa para mí estar vivo todavía.

Seguro sabe que August Renoir dijo una vez una frase pomposa que decía algo así como “Una mañana, uno de nosotros se quedo sin negro y así nació el impresionismo”. Sin embargo, ese no fue mi caso porque de hecho mi camino hacia este tipo de arte empezó justamente gracias a que pude enamorarme del color negro de una manera en que nunca antes lo había hecho y eso que mi estudio siempre estuvo plagado de cientos de tonos oscuros y el negro era la estrella en toda la obra que me había estado definiendo hasta ese día de tormenta en que se me ocurrió cambiar el pincel por un libro solo un rato y animarme a leer una novela que en esos días estaba anunciándose en todas partes.

Llámeme tacaño si así gusta, pero no iba a comprarlo, no con lo caro que es estudiar arte en un país como Japón y viviendo casi en el centro de Tokyo. No era una buena relación costo-beneficio gastarme... Creo que eran sesenta o setenta dólares en un montón de hojas y no comer por una semana solo para leer una especie de romance juvenil situado en Francia que seguramente iba a aburrirme en el primer par de capítulos y se quedaría en mi repisa el resto de sus días o, en el mejor de los casos, que se volvería un bien pisapapeles cuando estuviera de urgencias con alguna clase o proyecto de la universidad.

La solución fue simple... Bueno, había estado saliendo con una chica de mi clase de historia del arte... Nada serio, solo nos estábamos conociendo. Algo así, mas bien era ella a mí, porque yo desde como la primera semana de citas supe que solo íbamos a tener sexo un par de veces y luego buscaríamos ver a otras personas.

Ella sí era fan de esas historias y clichés románticos que yo nunca entendí y que, con mi historial, no hacían en mi mayor efecto que obligarme a rodar los ojos para un costado buscando una manera de contener las arcadas. En fin, ella me confesó que a la biblioteca del campus se había hecho un donativo de bastantes opciones de lectura moderna y que entre ellos estaba casualmente ese del que todo el mundo no paraba de hablar.

Solo fui porque el bichito la curiosidad era demasiado grande. Quiero decir, incluso compañeros que nunca imagine que fueran capaces de leer más de un solo capítulo de un libro, estaban totalmente encantados con el romance planteado en esa novela.

Quisiera llamar a esto el principio de mi tragedia, pero ya no lo veo de esa manera porque quiero pensar que esta historia todavía no ha terminado. Me niego a aceptar que este sea el final de lo más hermoso que me ha podido pasar.

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