𝔧 𝔢ㅤ𝔯 𝔢̂ 𝔳 𝔢ㅤ𝔢 𝔫 𝔠 𝔬 𝔯 𝔢

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❛ Sometimes with one I love, I fill myself with rage, for fear I effuse unreturn’d love; But now I think there is no unreturn’d love

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❛ Sometimes with one I love, I fill myself with rage, for fear I effuse unreturn’d love; But now I think there is no unreturn’d love... The pay is certain, one way or another.

ᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠᅠ──── Walt Whitman.


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ᅠᅠSi bien no buscaba nada serio con la chica que lo acompañaba en esa noche, a pesar de tener ya unas cuantas semanas saliendo con ella. A decir verdad, le molestaba cuán cínica llegaba a ser respecto a sus intenciones. Habían quedado para coger, es verdad, saciar nada más que el deseo, pero mínimo podía sostener una conversación medianamente coherente y no solo centrarse en cuanta falta le hacía una polla entre las piernas hasta el punto de llegar a asquearlo y sacarlo de sus cabales.

Solo estaban ahí porque ella era suficientemente atractiva y él simplemente el alfa más popular de todo el campus dado su atractivo, pero no los unía algo más que eso; ganas y conveniencia, y tras saciar ese deseo, nada lo motivó a quedarse en esa “reunión” que más bien se tornó en una fiesta aprovechando que el miércoles no habrían clases por los preparativos para una futura exposición.

Se fue; era lo que le tocaba, pero en el camino a su residencia estaba la biblioteca donde hacía un par de semanas cruzó caminos con el misterioso chico de cabellos negros. Aquel día lo perdió de vista y hoy, quien sabe porqué, sintió ganas de adentrarse a ese recinto para reclamar algún libro nuevo que le pudiera hacer compañía el resto de la noche.

Nada más entrar la encontró vacía, con el anciano bibliotecario concentrado en su trabajo a pesar de la soledad del aposento salvo por un muchacho ahí sentado obstruido de la vista por una montaña de libros; así que era él quien tenía de cascarrabias al bibliotecario. Es decir, ya era tarde y a esa hora ese hombre de avanzada edad solía ir cerrando las puertas ya de la biblioteca para marcharse a su casa.

Ryomen se acercó soltando una risa muda y solo pudo notar que el lomo de todos los libros en la mesa del extraño no eran más que recopilaciones y análisis de arte oriental la mayoría enfocados en arte japonés, pero lo que más llamó a su atención al terminar de cerrar distancias fue el porte de ese muchacho; tatuajes a lucir de pies a cabeza sin la más mínima vergüenza aún si para los japoneses esto era algo severamente condenable. Parecía orgulloso de tener tinta regada por toda su piel que alguna vez fuera del blanco más ameno de un lienzo y… Por alguna razón… Se veía bien.


──── Oye, es tarde para tener al señor Naobito trabajando todavía. La biblioteca cerrará en unos minutos, ¿Sabes?


El pelinegro llevaba mucho tiempo absorto entre la tinta y papel de los polvorientos libros. Tanto que no se hubiera percatado de la presencia de un extrañado al lado suyo si no fuera por su voz. No le hubiera prestado atención en absoluto ya que parecía estar buscando algo desesperadamente.


──── Oh, lo siento. Sólo estoy en busca de algo. No puedo irme hasta que encuentre lo que vine a buscar. ── Cerró el libro dando por finalizada otra búsqueda fallida.


──── Te aseguro que lo encontraré antes de que cierre. No te preocupes por el señor que parece echarme un embrujo, espero que lo que me esté lanzando me sirva de algo.


A través de los cristales de los redondos lentes ajenos, el alfa pudo notar la silueta del viejo amargado lanzando una mirada de condena contra el par de chicos y murmurando posiblemente insultos inenarrables destinados a los invasores que ni lo dejaban marcharse.

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⏰ Last updated: Jul 30, 2023 ⏰

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La Lumière | SukuFushiWhere stories live. Discover now