Capítulo 18

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De un momento a otro, notó cómo todos empezaban a mostrar síntomas de embriaguez.

Akaza fue uno de los primeros que cayó, parecía ser más sensible al alcohol.

Pero su forma de estar ebrio era rara, se aisló de todos ellos y se puso a llorar.

Ringo y Yuri andaban riéndose mientras cantaban un rato y Doma parecía estar tranquilo, pero sus ojos estaban apagados, así que también estaba ebrio.

El único que no bebió fue Tetsu porque era el que servía los tragos.

Otoki dejó de tocar el piano y empezó a echarle broma a Akaza.

—¿Qué tienes? —Le preguntó, en un tono juguetón mientras le sonreía de oreja a oreja—. ¿Quieres que te toque una triste canción para acompañar esas lágrimas? —Habló dramáticamente mientras fingía limpiarse unas lágrimas que no tenía.

—Otoki, bebiste demasiado, ya déjalo —Habló Tetsu seriamente, su amigo sólo se echó a reír.

—Claro que no, hermano, estoy fino —Pero sus mejillas rojas le delataban. Tetsu negó con la cabeza.

—¿Por qué Akaza está llorando? —Doma se les acercó pero estaba mareado y le costaba caminar así—. ¿Qué tienes, Akaza?

—¡Soy un inútil!, ¡No pude protegerlos! —Pero ellos no entendían las cosas que decía Akaza.

—¿A... quiénes? —Le preguntó Doma, un tanto dudoso.

—Keizo, Koyuki —Y nombró a dos personas que ellos no conocían, o eso creían ellos.

—¿Keizo?, ¿Habla del Keizo que conocemos o de otro Keizo? —Preguntó Tetsu, pero Akaza negaba con la cabeza mientras seguía llorando.

—Koyuki es el nombre de una mujer, ¿Serán sus padres? —Comentó Doma, aunque eso se le hacía extraño—. ¿O... son otras personas?

—¿Quién es ese Keizo del que hablas? —Le preguntó Tetsu, intentando sacarle información.

—Mi maestro —Habló Akaza, cubriéndose la cara para que no le vieran llorando.

—No, entonces es otro Keizo —Habló Tetsu, resolviendo esa duda.

—¡Yo extraño a Keizo! —Habló Otoki, el cual se lanzó al suelo junto a Akaza y también se puso a llorar.

—Otoki, no seas idiota, deja de llorar, Keizo murió por ser arrogante, nosotros se lo advertimos pero él se creía inalcanzable.

—Pero igual, hermano, él me caía bien, me gustaba ponerlo a bailar con mis técnicas de sangre, ¡Era divertido! —Y Otoki siguió llorando dramáticamente.

—Ahora tenemos a dos llorones en la sala —Comentó Tetsu, pero en eso, escucharon el llanto de una mujer, mujer cuya vocecita conocía muy bien Doma.

—Daki —Suspiró y luego observó cómo Gyutaro intentaba controlarla—. Ahora son tres, Tetsu.

—¿Y tú cómo estás?, porque te veo normal —Habló Tetsu, dándose cuenta de la actitud tranquila de Doma.

—Estoy grave también, pero a mí no se me nota hasta que me pongo a caminar —Doma se agarraba de las sillas para no caerse, pero se le notaba bastante desequilibrado.

—¡Doma! —Y para colmo sintió que alguien le cayó encima y casi lo lanza al suelo de no ser porque estaba agarrado de algo—. ¡Doma, cariño! —Yuri era quien le estaba abrazando y se estaba comportando rara con él—. ¡Hazme tuya, mi amor!

—¿Pero qué carajos? —Tetsu empezó a reírse al verla así y Doma la miraba con sorpresa—. ¡Qué suerte tienen algunos! —Habló, mirando para los lados, aunque haciendo eso se dio cuenta de que el ambiente se estaba aclarando—. Mierda, ¡El sol!

Segunda oportunidadOù les histoires vivent. Découvrez maintenant