Capítulo 25

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Akaza iba maldiciendo a Muzan por pedirle semejante cosa, no quería toparse con Doma en ese estado, no quería ver a nadie teniendo sexo, eso sería demasiado incómodo y desagradable. Sólo esperaba que finalmente Muzan matara a Doma, no quería volver a verlo, le causaba una mala sensación de sólo pensar en su existencia.

Pero luego la duda le invadió, ¿Quién era la amante de Doma?, eso le dio curiosidad.

Estaba la chica biwa, ella era una posible candidata, también estaba Yuri, la primera menguante; dudaba que fuese Ringo pero luego recordó a Daki, él tenía una imagen de ella de una chica joven y realmente tenía años que no la veía, ni a ella ni a su hermano, ¿Seguirían con Doma?

Llegó al templo y pudo sentir un fuerte nivel de pelea ahí, habían pasado años desde la última vez que había pisado el lugar pero esto en definitiva era escalofriante, el nivel de pelea de Doma se había duplicado al menos.

Había otra presencia con él, una presencia nada débil, debía tratarse de otro demonio.

Lo buscó primero en todos lados y no lo encontró, hasta que finalmente se armó de valor y decidió ir a su habitación, no quería ir a ese lugar pero debía hacerlo, órdenes eran órdenes.

Iba caminando por los pasillos y logró escuchar sonidos extraños de mujer, también varios suspiros y quejidos, era notorio que en ese lugar estaban pasando cosas fuertes, Akaza no quería ver eso.

Estuvo frente a la puerta observándola con terror, los sonidos eran fuertes y hacían que se le erizara la piel.

Podía sentir cómo le quemaba el cuerpo ante la sola idea de no hacerle caso a Muzan, tenía que hacerlo, tenía que abrir esa puerta, tenía que llevarlo con él.

Bueno, es sólo una pareja que anda cogiendo, nada fuera de lo normal —Intentó pensar que no era tan grave, pero seguía sin convencerse de ello—. Ok Akaza, tus manos sobre las puertas y las abres de golpe, no es difícil, eso lo has hecho otras veces... ¡Mierda!, ¡Sí, pero no había parejas haciendo esas cosas al otro lado de la puerta!, ¡Qué difícil es esto!, ¿Por qué no pudo venir él?, ah, no, era mejor mandar a la puta rata de Akaza, que se joda él porque es el esclavo, en cambio, sus ojos preciados y supuestamente perfectos no pueden ver esa clase de escenas. Maldito.

Estaba tan molesto que abrió la puerta de golpe, sin importarle ver lo que había dentro. Agradeció a sus dioses que ambos llevaban la cobija encima, no quería verlos desnudos.

—¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ, AKAZA?! —Doma fue el primero que le gritó, Daki estaba asustada y Akaza no tenía expresión en su rostro.

—El señor Muzan quiere que vayas a la reunión —Podía notar la ira correr en sus ojos arcoíris pero le dio igual, él también estaba molesto, no le gustaba para nada la situación.

—¿Él te mandó? —Y Akaza asintió, frunciendo los labios por la impotencia que corría por todo su cuerpo—. Maldito Muzan.

—¿Y... vas a venir? —Pero Doma lo miró con odio—. Tienes que hacerlo.

—¿Para qué?, ¿Para que me mate?, por mí que se joda —Akaza intentaba hacer como que no escuchaba eso pero era inevitable, él también estaba molesto con Muzan pero Doma sí podía expresar su ira sin problemas porque no recibiría las torturas de su jefe, en cambio, él sí, y se sentía idiota por eso.

—Es una orden, él quiere que asistas a la reunión —Notó que Doma miró a Daki como si quisiera quedarse a seguir en eso pero no podía, Akaza reconoció a Daki—. ¿Esa es...?

—No se lo digas a nadie, ahora sal un momento —Akaza asintió y salió de la habitación, cerrando las puertas.

Al rato salió Doma con una bata puesta, Akaza frunció el ceño pero luego lo vio meterse al baño.

Segunda oportunidadWhere stories live. Discover now