Gellert.
Tenía apuntando con mi varita a Aberforth, sabía ese chico que puedo ser capaz de eso y más por el simple hecho meterse con una de las cosas - en este caso, una persona - más importantes de mi vida, Albus Dumbledore, estaba seguro de que no dejaría pasar esto por alto y ese chico lo sabía perfectamente pues se lo mencioné en alguna ocasión, así que era forma de mantenerlo alerta de mis intenciones.
- ¡¿Qué vas a hacer, Grindelwald?! ¡¿Amenazarme?! No te tengo ni un poco de miedo - Grita el chico, de forma burlona y esperando a que lo ataque para poder probar su punto.
- No te daré el gusto... - Murmuro de inmediato, manteniendo seriedad y la mirada fija en él, relajando un poco la mirada pero aún apuntándole.
- Claro, ¿Entonces por qué sacaste tu varita? ¿Le demostrarás a Albus quién eres realmente? - Sigue retándome, haciendo que poco a poco mi paciencia se agote ante cada palabra.
- Yo no soy así, haré lo que tenga que hacer por un bien mayor... - Digo por fin, pero manteniendo mi tono serio.
- ¿y ese "bien mayor" es llevarte a Albus de aquí? - Comenta el segundo hijo de los Dumbledore, aún enojado-. ¿Sabes qué? ¡Llévatelo! Así como no le importó como estamos nosotros, créeme que a mí no me va a quitar el sueño que se vaya a meter cada noche con alguien como tú y le importe más una cara linda y unas bonitas promesas que su familia - Voltea a ver a su hermano mayor, sintiendo la tensión en ese momento-. No pensé que fueras a caer tan bajo, eso deja ver que lo que dicen de ti en todos lados es mentira. No eres magnífico ni mucho menos alguien especial... Podrás ser talentoso, pero esa forma de pensar te dejará solo. Gellert no se quedará contigo, te dejará y volverás llorando como el idiota que creyó en alguien sólo porque se enamoró...
No me contuve más, fue en ese momento cuando le lancé uno de los maleficios que según son "imperdonables", el maleficio cruciatus, un hechizo capaz de debilitar al otro a través de la tortura, y justo vemos como Aberforth cae al suelo y se remueve ante el dolor, sabiendo que Albus podría enojarse conmigo por atacar a su hermano... Pero no había una mejor opción más que hacer que callara.
- Gellert, basta... - Dice Albus aún en shock, tomando mi hombro ligeramente.
- No, aún no - Respondo de inmediato, conjurando ese hechizo de nuevo y viendo de nuevo esa escena, como grita de dolor y se mueve un poco en respuesta a éste.
- Sí, ya... ¡Es suficiente, Gellert! - Expresa de nuevo, pero esta vez saca su varita.
- Te defiendo de tu hermano, ¿y me pagas así? - Comento, algo sorprendido.
- Eso no era necesario, Grindelwald. No tenías que actual así sólo por eso... Sé defenderme solo.
- Aberforth siempre te ha hablado, así. ¿Cuándo te defendiste? Si dices que sabes y puedes hacerlo, ¿Cuándo lo frenaste? - Expresó, bajando un poco mi varita.
Albus se queda en silencio, pero sin apartar la mirada de mí.
- Exacto, jamás pudiste... Así que déjame hacerlo yo - Continúo, suspirando un poco.
El chico que estaba en el suelo de levanta de nuevo, sacando su varita y lanzándome un hechizo, evitándolo con otro un suave movimiento de muñeca, lanzándole un hechizo en respuesta al suyo, convirtiéndose esto en una batalla entre ambos. Albus, con su varita en mano, lanza un hechizo hacia su hermano para desarmarlo y dar por terminado nuestro duelo, pero el hechizo rebota a otra dirección y el segundo chico de ojos azules mira a mi pareja, atacándolo a él también; podrían meterse conmigo y no tengo problemas, quizá tengo un ego demasiado grande para admitir algunas cosas, pero jamás haría algo como lo que hice hace unos momentos, es cuando me percato de lo importante que se volvió para mí ese pelirrojo, que daría todo por él, incluso mi vida con tal de que estuviera a salvo.
La voz de una chica se hizo presente en la sala, pero los dos chicos le pedían qué se fueran, mientras nos cubrimos como podemos y lanzamos hechizos, curiosamente sólo contra Aberforth, en ningún momento Albus y yo lo hacemos pues ambos lo prometimos, juramos no atacarnos el uno al otro, además de ser eso un símbolo más fuerte de nuestra unión sentimental. Ariana, en su desesperación por ayudarnos, comienza a perder poco a poco el control de su poder, hasta que vemos como un hechizo que alguno de los tres había esquivado hace un momento golpea a la joven, haciéndola caer al piso de inmediato y ver como ese aura negra desaparece en segundos... La chica está muerta. Aberforth se acerca a ella de inmediato, tomando el cadáver de esa chica entre sus brazos y acunándola delicadamente mientras las lágrimas comienzan a resbalar por sus mejillas, es cuando volteo a ver a mi pareja estando sorprendido, parecía que se desmayaría en cualquier momento debido a la impresión del momento, notando como sus ojos comienzan a cristalizarse y voltea a verme. Puedo notar la tristeza en el chico, y no puedo evitar sentir como mi corazón se quiebra al ver al chico así, aunque comienzo a sentir culpa...
«¿y si yo la maté?» me pregunto mentalmente, asustándome por el hecho de que podría ir a Azkaban por ello, así que simplemente me fui de ahí tan pronto como pude hacia la casa de mi tía, tenía que empacar y huir... Aún si eso significaba dejar al amor de mi vida ahí, sabiendo que me necesita, pero mi miedo y frustración de no cumplir con mi legado son mayores. Llego y finjo estar en calma, sonriendo levemente hacia la mujer y diciéndole que voy a mi alcoba, sin dar explicaciones; segundos después escucho que llaman a la puerta, escuchando a Aberforth darle la trágica noticia a mi tía, sintiendo mi corazón latir rápidamente. Escucho pasos en las escaleras hasta detenerse frente a mi puerta, poniéndome a la defensiva en caso de que sea Aberforth.
- Hijo, la joven Ariana falleció. Iré a ver a Albus, dicen que esta muy mal. ¿Vienes? - Me pregunta delicadamente, estando al otro lado de la puerta.
- No, tía. Vaya usted y yo voy después a verlo - Contesto, fingiendo calma aunque estando algo desanimado-. Y no me insista, por favor. No es un buen momento ahora.
- Bien, ahora vuelvo - Dice confusa, bajando las escaleras con calma hasta llegar a la planta baja e irse.
Recordar a Albus de esa manera me rompe en mil pedazos, haciéndome llorar un poco por ello mientra guardo mis cosas y escribo un par de notas, una para mi tía diciendo simplemente que me retiro y que agradezco el hecho de recibirme en su hogar, mientras que en otra le escribo a Albus lo mucho que lo quiero, y que me perdone por esto, pero tengo que seguir adelante; justo en esta segunda carta es cuando mis lágrimas corren más y un dolor en mi pecho se hace presente, como si mi corazón fuera arrancado de este... Me siento vacío. Y una cosa era verdad de todo eso, mi amor por Albus será eterno, jamás amaré y ni quiero amar a nadie más que a él, será él el hombre a quien le pertenece cada parte de mi cuerpo, alma, sentimientos y pensamientos, sólo Albus Dumbledore. Le envío la lechuza y preparo mis cosas para tomar un traslador e irme... Con la esperanza de ver a ese chico al menos una vez más, si es que eso llegaba a pasar.
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House of Memories [Grindeldore]
FanfictionEl amor puede ser el sentimiento más hermoso y maravilloso en las personas, ¿será diferente en el mundo mágico? La historia de dos adolescentes en busca de un solo objetivo, ser los señores de la Muerte sí consiguen las reliquias de la muerte, ¿o bu...