¡Al Fin!

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Tres meses después, Barrio Uchiha. 

Kagami estaba feliz de que por fin su sensei había aceptado su invitación a cenar, su sensei decía que no era una persona grata en este lado de la villa pero no entendía por qué el mayor decía eso si hasta ahora no había visto a nadie hacerle siquiera un mal comentario, menos mal porque sino  ellos se la verían con su Sharingan. Nadie podía tocar a su sensei, nadie, bueno... Excepto Madara-Sama e Izuna-Sama. Pero lo de ellos era distinto.

—Sensei. Le dije a Hikaku que cenarias con nosotros por eso vamos hacer pescado, ¿es lo que te gusta, verdad Tobirama-sensei? 

Una mano acariciando sus cabellos más una sonrisa fue la respuesta y Kagami se sintió cálido, como si no hubiese frío en el mundo que pudiera apagar el calor que sentía en el pecho. 

Con timidez tomó la mano de su sensei mientras caminaba por el barrio, dirigiendolo hacia su casa. 

—Tobi. —Dijo Izuna apareciendo frente a ellos. Vio la mano de Kagami sosteniendo la de  Tobirama y sonrió traviesamente. — Oh, no sabía que estabas en una cita. ¿Te aburriste de mí?
—¡I-zuna-Sama!

—¿Kagami-chan, crees que Madara apruebe esto? 

De pronto todo el color se borro del rostro del pre-adolescente. ¡Madara-Sama lo mataría! Pero, pero él no estaba haciendo nada malo, solo quería cenar con su sensei. No sabía que hacer, ¿tenía que disculparse?

El adolescente comenzaba a repasar cada decisión que tomó en su vida y arrepentirse de lo que no pudo hacer. 

Tan pronto iba a decir algo, sintió como su sensei lo atraía a su cuerpo en un abrazo de lado. Kagami tuvo que esconder el rostro en el abdomen del mayor porque si no todos se darían cuenta de lo rojo que se había puesto su rostro. ¡Ahora si que Madara-Sama lo mataría e Izuna-Sama también! ¡Adiós mundo! 

—Izuna, Madara no necesita aprobar nada. Mi querido alumno solo muestra su agradecimiento al invitarme a cenar. 

—Tobi, matas el chiste. 

—Asustate a Kagami y sabes como me siento al respecto. —Dijo el más alto de manera reprobatoria. 

—Bueno bueno, ya,cálmate mamá gallina. —Con otra sonrisa traviesa Izuna se acercó al rostro del más pálido y beso cada mejilla con delicadeza.— ¿Pasas por casa después o tengo que ir a cazarte? 

—¿Por qué tiene que Cazar a sensei? 

—Eso, mi querida flamita, es un tema de adultos. Cuando seas grande te explicaré. 

Kagami solo tenía más preguntas, pero estaba tranquilo, su sensei lo había defendido y ni siquiera lo había dejado de abrazar. ¡Este era el mejor día de su vida! 

 - 

Besos se deslizaban por hombros blancos como porcelana, mientras otros labios se entretenían dejando pequeñas mordidas en aquel cuello que invitaba a ser marcado. Dos pares de manos recorrían aquel esbelto cuerpo, la habitación estaba iluminada solo por la luz de la luna que entraba por la ventana dándole un aspecto misterioso y sensual a la situación.  Madara quería devorar cada parte del cuerpo de su amante, Izuna parecía compartir la idea, ¿quién diría que el idiota de su hermano terminaría convenciendolo de esa locura? Pensaba Madara divertido. 

Tobirama suspiraba entre sus brazos mientras Izuna lo llenaba de caricias y besos, Madara sabía lo que pasaría cuando llegara a esos botones rosa que su hermano menor parecía adorar, el por su parte amaba la posición en la que estaba, sosteniendo a Tobirama contra su cuerpo, la espalda de éste contra su pecho y ese precioso trasero contra su entrepierna, sus labios haciendo un sendero en ese cuello que amaba. 

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⏰ Last updated: Jun 05, 2022 ⏰

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