Capítulo 15

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Hace un par de horas

Manigoldo y los demás habían seguido el consejo de Dohko y condujeron hasta que se encontraron con un pequeño pueblo, Aspros estaciono el auto y Kardia y Manigoldo salieron a buscar provisiones y un mapa.

Aspros se recostó contra el asiento esperando a que los otros dos regresaron, cuando regresaron guardaron las cosas y continuaron su camino, poco después Deuteros estaba en la parte atrás mirando el mapa con Manigoldo, Kardia estaba conduciendo los dos que estaban en la parte de atrás comenzaron a discutir sobre a dónde ir.

-ya basta-dijo Kardia deteniendo el auto y arrebatándoles el mapa-yo conduzco así que yo escogeré un camino-mirando el mapa.

-tú no sabes leer mapas-dijo Manigoldo recostándose contra el asiento y cruzándose de brazos.

Kardia después guardó el mapa y comenzó a conducir de nuevo, no pasó mucho cuando Aspros se dio cuenta de que estaban saliendo de la carretera y antes de que pudiera preguntar el auto terminó cayendo al río. Los tres salieron del auto y vieron como el río se llevaba sus cosas junto con el mapa.

-pendejo-dijo Manigoldo dándole un golpe a Kardia.

Los tres comenzaron a caminar esperando encontrarse con alguien que los ayudes, poco tiempo divisaron la granja de Dohko y comenzaron a caminar hacia allá.

-esto es cansado-dijo Kardia.

-pues no estaríamos en este dilema si no hubieras tirado el auto al río-dijo Aspros enojado.

-cómo rayos iba a saber que las líneas azules eran ríos-dijo cruzándose de brazos.

-mátenme-dijo Manigoldo cansado.

Tiempo actual

-entonces se conocen-dijo Shion mirando a Albafica.

-algo así-dijo Albafica apartando la mirada.

-es una historia algo complicada-dijo Manigoldo rascando la parte de atrás de su cabeza-me alegra de que estas bien-dándole una sonrisa a Albafica.

-bueno pues pueden quedarse hasta que consigna una manera de regresar-dijo Dohko quitando la tensión del lugar.

Los demás asintiendo y Shion les pidió ayuda a Kiki y Kardia y los sacó de la habitación mientras que Dohko se llevó a Aspros dejando a Albafica a solas con Manigoldo en un incómodo silencio, Albafica mantenía la mirada a coartada mientras que Manigoldo no dejaba de verlo

-gracias, por haberme salvado-dijo tratando de sacarle conversación.

-tú me salvaste también-dijo Albafica bando la mirada.

-Albafica quiero que vengas conmigo.

Albafica solo levanta la mirada aterrado Manigoldo al ver el terror en su rostro rápidamente lo tranquilizó asegurando de que no le pasaría nada malo y que solo quería protegerlo, pero Albafica no estaba del todo seguro ya que ya había sido engañado una vez.

-mierda-dijo Manigoldo al saber que lo había arruinado-recuerdas el jardín.

Albafica abrió los ojos ante eso Manigoldo sonrió y comenzó a contarle sobre el jardín obviamente omitiendo que esos eran niños cuando se conocieron, Albafica bajo la cabeza manteniendo los ojos bien abiertos ya que Manigoldo había descrito el jardín tal y como era en sus sueños.

-aún sigue ahí-dijo sin mirar a Manigoldo.

-la guerra lo destruyo-dijo con tristeza.

-quiero ir-dijo Albafica abrazándose así mismo.

Susurros en el jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora