Capítulo 34

64 5 1
                                    

–¿Dónde esta?.–Siseo hacia la mujer frente a mi. Ella da un respingo alejándose.

Lo único que he podido sentir desde que abrí los ojos es rabia. Coraje, un coraje que parece cegarme, las palmas de mis manos cosquillean y no saber en dónde carajo desperté me tiene desquiciada. Mi cuerpo me duele, estoy haciendo un jodido trabajo en lograr moverme, mi cuerpo parece estar completamente anestesiado. Pero es como si mi cuerpo intentara defenderse sin necesidad de razonar.

–Yo...–Asesino con la mirada a una otra persona que se encuentra en esta habitación aparte de mi. Se que ahora mismo ella parece mi presa, lo que resulta estúpido al ser yo la jodida secuestrada, pero mi cuerpo ahora se defiende en automático

–¿Dónde mierda esta Lukyan?.–Pregunto de nuevo e intento levantarme pero ella esta enfocada en el suero que esta colocándome. –¿Donde mierda estoy?.–Pregunto de nuevo. Miro a todos lados comenzando a sentir la desesperación.–¡¿Dónde coño esta Lukyan?!.–Grito sin control alguno. Intento recodar pero después de desmayarme o que me durmieran, no estoy segura, no recuerdo nada.

–Tranquila tu...

–¡No me toques!.–Chillo logrando que ella me mire asustada y yo la fulmine con la mirada. 

–Esto debe hacer efecto en unos minutos...–Murmura temblorosa señalando la intravenosa en mi muñeca. Abro los ojos horrorizada mientras arranco el suero de lo que sea que eso contenga y ella chilla. Mis ojos pican ante el dolor de mi arrebato, pero no me importa.

–¿Qué mierda estabas poniéndome?.–Pregunto con rabia y haciendo caso omiso al dolor de mi brazo y me abalanzó sobre ella arrinconándola contra la pared blanca.

–Estas perdiendo mucha sangre.–Susurra  espantada

–La que se quedara sin jodida sangre en el cuerpo eres tu si no me dices que mierda estabas metiéndome al cuerpo.–La mujer comienza a temblar incontrolablemente. Siento unos brazos sujetarme por detrás pero no me detengo. –¡Traeme a Lukyan pedazo de mierda!

–Tranquila, estas bien, estas a salvo.–Escucho susurros tras mi oreja que me suenan lejanos. Lo único que puedo ver es a esa mujer

–¡No!.–Chillo sin molestarme en girarme y logrando safarme un poco de los brazos que me sostenían. –No se que mierda te ha mandado Nickolay a ponerme, pero estas cometiendo un grave error. Voy a matarlo, voy a matarte a ti–Me acerco a ella lo mas que puedo aun con los brazos que intentan sujetarme por detrás.–Nickolay nos metió en esto, que no se sorprenda cuando se lo arrebatemos todo. Voy a llevar el jodido infierno a su puta vida si algo le pasa a Lukyan y...–Un pinchazo en mi cuello me hace desestabilizarme, mi vista se vuelve nublosa. Puedo escuchar los sollozos de la mujer. Mis piernas se tambalean haciéndome caer, unos brazos me sostienen con todas sus fuerzas. Cuando sus ojos se enfocan en mi, logro entender,  no puedo dejar de ver esos ojos que me miran descolócados. Kael

Intento hablar pero mi cuerpo me pesa haciendo que todo se vuelva negro a mi alrededor...otra vez.


Nadie sabe donde esta Lukyan...Kael, puedo ver la desesperación en su mirada, el dolor de no saber donde esta su hermano pequeño, se que trata de ocultar su preocupación, pero es imposible no darme cuenta cuando veo esa mirada todos los días en el espejo del hospital donde me encuentro en este momento. Pero también puedo ver la determinación de encontrarlo, la misma que veo en mi. Voy a encontrarlo, vamos a encontrarlo.

Lograron rescatarme, Kael logro encontrarnos. Logro entrar, pero cuando lo hizo mi cuerpo desmayado era lo único que quedaba en el lugar.

Mi papa se ha vuelto completamente loco..., o mas bien se ha quitado la mascara y nos ha dejado conocer al monstruo que vive en el sin vergüenza alguna.  Puedo ver el coraje en mis hermanos, el coraje que papa ha traído a sus vidas, y sinceramente me aterra un poco como vayan a sacar todo ese odio y coraje que ese hombre sembró en ellos, en nosotros. Vivi un infierno con Nickolay, pero también me ayudo a darme cuenta que nací en un jodido infierno al que ningun otro se le compara, mi papa me robo mis sueños mucho antes de siquiera tenerlos, me quito la decisión de mis jodidos pensamientos y esa es la puta verdad. Ya no hay negación, solo aceptación. Lo que Nikolay me hizo vivir fue espantoso, me hizo vivir el dolor, sentir el dolor en piel propia y ajena, pero nunca me quebró, nunca me arrebato nada, nunca se lo permití. Me atrevo a decir que lo que hoy se fueron tres meses, fue un tiempo en el que nunca antes había sido tan consciente, tan consciente de mí, de lo que soy.

DIAMANTE Where stories live. Discover now