⌨︎ 𝙰𝚕𝚖𝚞𝚎𝚛𝚣𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊𝚛𝚝𝚒𝚍𝚘⌨︎

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Una mañana muy tranquila en Wellston, el sonido del gis contra la pizarra era lo que escuchaba en el salón donde nuestro pelinegro favorito tomaba clases

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Una mañana muy tranquila en Wellston, el sonido del gis contra la pizarra era lo que escuchaba en el salón donde nuestro pelinegro favorito tomaba clases.

—Para la siguiente clase deberán traer una investigación acerca de los trastornos mentales— dijo el profesor apuntando lo dicho en el pizarrón. —Por favor investiguen información que sea eficiente ya que será para el proyecto de este mes.

John anoto en su libreta y puso un postit al lado una nota para recordarlo más tarde, en ese momento la campana sonó lo que marcaba el fin de la tercera hora, por lo que empezó a guardar sus cosas.

Salió de su salón con el celular en la mano, no había visto a Seraphina en lo que llevaba del día y eso le preocupó. Le envío un mensaje preguntando cómo estaba a lo que ella respondió que no iría ya que se sentía mal y necesitaba descansar.

El azabache suspiro, ahora no tenía con quién pasar el primer descanso. No quería decir que odiaba a los demás, más bien se le complicaba el hacer nuevos amigos debido a que no podía olvidar lo que había pasado hace un par de meses.

Aún se sentía culpable, aunque comenzó a tomar terapia por eso mismo, para dejar de lado lo que su psicóloga llamo trauma.

Se dirigió a su casillero y como paso en las veces anteriores, un sobre azul cayó de este mismo. Sonrió y lo recogió, guardo su mochila en la taquilla junto con el sobre, por ahora dejaría a un lado su amigo secreto.

Tomo un cuaderno, su lapicera y su almuerzo porque claro, está vez si se hizo el lonche porque ya no quiso comer lo que daban en la cafetería. Cerró la taquilla para encaminarse a la azotea para hacer los ejercicios de física. Al abrir la puerta de la azotea sus ojos llegaron a visualizar a un ya conocido rubio, Arlo, un clásico.

Ambos se quedaron mirando al otro durante un par de minutos con una cara de poker, hasta que el ojimiel hablo.

—Vaya, parece que siempre vas a dónde voy yo— dijo con una pequeña sonrisa.

—O quizás tú me estás siguiendo— contestó.

Solamente nego con la cabeza y fue a sentarse cerca de donde estaba el rubio, al parecer ambos no tenían intenciones de pelear. Entonces se hizo presente un profundo silencio que ninguno se atrevía a romper.

El azabache abrió su libreta para comenzar a resolver los problemas en esta, mordió la parte superior de la pluma al leer el texto.

"Una pelota cae desde un edificio con una velocidad inicial de 45m/s. Calcule los siguientes datos:
a) Velocidad final. (En m/s y km/h)
b) Tiempo que tarda en bajar
c) Tiempo que dura en el aire
d)Tiempo que tarda en subir"

No entendía el problema, mucho menos el como es que iba a utilizar esto en la vida real, empezo a escribir las fórmulas y procesos que se sabía de memoria.

⌨︎ 𝐀𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞: 𝙰𝚗𝚘𝚗𝚒𝚖𝚘 ⌨︎Where stories live. Discover now