-¿Eh?.
Bell abrió los ojos desconcertado, casi parecía que se le iban a salir de sus cuencas.
Lo primero que vio fue el techo de su habitación el cual era iluminando por la luz del sol que apenas estaba comenzando a salir.
-¿Q-que sucedió?.
Bell se intentó sentar en su cama pero un fuerte dolor de cabeza lo detuvo haciendo que volviera a acostarse.
-¡Que dolor! ¿Porque me duele tanto la cabeza? -se pregunto confundido esperando que se le pasará el dolor.
¿Cuánto tiempo llevaba dormido? Sentía que llevaba días durmiendo, principalmente porque su mente estaba muy confusa.
-¿Q-que fue lo que hice? -se pregunto mentalmente intentando recordar todo.
Pero cuando intentaba recordar el fuerte dolor de cabeza regresaba pero no le tomo importancia y siguió haciendo el intento de recordar algo.
Entre tantos y tantos recuerdos que tenía hubo uno que le hizo abrir los ojos lleno de sorpresa.
-Mikoto-san -susurro el albino en shock.
Cómo si fuera una película nuestro protagonista empezó a recordar todo lo que hizo esa semana bajo los efectos de la poción, cada acción, cada palabra comenzaba a pasar por su mente.
Un sin fin de emociones se reunieron dentro de él mientras más recordaba.
Vergüenza, decepción, arrepentimiento, enojo y confusión.
Vergüenza al recordar todas las palabras y acciones que hizo con Mikoto, incluído los besos.
Decepción con él mismo al recordar la expresión de tristeza que tenía Mikoto ayer cuando se enteró de la verdad y le dolía más saber que el era el causante.
Arrepentimiento por haberse robado parte de los ahorros que habían comenzando a ahorrar, tendría que disculparse con Lili más tarde.
Enojo con él mismo y sorprendentemente con Hermes, si no fuera por culpa de él no hubiera lastimado a Mikoto de esa manera.
Y confusión por lo raro que se sentía su corazón al recordar a Mikoto.
-que he hecho -penso el conejo no sabiendo que hacer en ese momento.
¿Cómo vería a Mikoto a los ojos despues de haber jugado con sus sentimientos? Es cierto que el no tuvo la culpa pero era de Bell del que estamos hablando, obviamente se sentiría culpable y como una basura.
-tengo que hablar con Mikoto-san y disculparme por todo -penso decidido levantándose de la cama para ir a ducharse.
Aunque aún sentía un sentimiento de vergüenza al pensar en reunirse con Mikoto otra vez.
No podía pensar en Mikoto sin recordar los momentos amorosos y románticos que vivió junto con ella.
-¡Cálmate Bell! -se regaño dándose una bofetada-. Se supone que los efectos de la poción ya terminaron, no hagas nada estúpido que pueda incomodar a Mikoto-san.
E intentando sacar esos pensamientos Bell empezó a ducharse para poder preparase para su disculpa.
En el comedor de la mansión Chimenea.
En dicho comedor estaban Welf, Lili y Hestia desayunando aunque Hestia tenía unos vendajes en cada mano.
-¿No cree que se pasó con la paliza que le dió a Hermes? -pregunto Welf a Hestia la cual estaba observando su puño.
-nah, Hermes se merecía eso y más, deje de golpearlo nomás porque ya me dolían los nudillos pero la próxima vez que lo vea seguiré con la repartición de golpes -dijo la Loli aun enojada porque jugaron con dos de sus niños.
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Perdidamente Enamorado
FanfictionQuién diría que una broma de Hermes terminaría despertando sentimientos ocultos que se tenían dos amigos.